Entre julio y septiembre, el empleo adecuado en jóvenes menores de 24 años cayó 62.7%, lo que inevitablemente aumentaría los niveles de informalidad en medio de la pandemia de la COVID-19.
Un total de 235 mil 600 jóvenes perdieron su empleo adecuado entre julio y septiembre, según indica la Fundación Forge con datos del INEI.
Esta cifra, que representa una caída de 62.7% en el empleo formal para jóvenes menores de 24 años en Lima Metropolitana, estaría incrementando los niveles de informalidad.
"La población vulnerable es la más afectada en términos de informalidad, a ello se suma una pandemia y, por supuesto, menos posibilidades de poder estudiar y sacar adelante a su familia. De conseguir un empleo informal, existe la posibilidad de que trabajen más de 8 horas y reciben menos del sueldo mínimo, no les pagan horas extras, por poner un ejemplo", señala María José Gómez, directora de la fundación.
Antes de la pandemia, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) indicaba que seis de cada 10 jóvenes en Latinoamérica se veían obligados a aceptar puestos en la economía informal.
"Al quedar sin empleo por la crisis sanitaria, se convierte en una necesidad conseguir un medio que les permita poder solventar sus alimentos, pagos, estudios y en general, sostener a su familia si es que tienen la responsabilidad de hacerlo. La informalidad es uno de los principales retos que debemos enfrentar", comentó Gómez.
Un reciente informe de la OIT también advierte que los jóvenes de América Latina son los más afectados por la pandemia en el ámbito laboral.
Según indica, la pandemia tiene un triple impacto para las personas de entre 18 y 29 años, pues ha causado la pérdida de sus empleos, impacto en la educación y obstáculos para la inserción en el mercado laboral.
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