La estrategia que usan algunas empresas no pertenece exclusivamente al marketing, pues se puede aplicar incluso en la política.
Cuando vas a comprar un café, puede que hayas observado que se ofrecen tres tamaños: pequeño, mediano y grande.
El mediano suele costar casi lo mismo que el grande.
Vista la poca diferencia de precios ¿te ha pasado alguna vez que has acabado comprando el más grande y el más caro?
Si es así, has sido víctima de un sesgo cognitivo llamado "el efecto señuelo".
Este consiste en que cuando te presentan de forma deliberada una tercera opción menos atractiva (en este caso el tamaño mediano), eso hace que pagues más de lo que habrías pagado racionalmente, informó BBC.
"Si presentas alternativas de una manera determinada, puedes empujar a la gente a que consuma los productos más caros", dice Linda Chang, psicóloga en la Universidad de Harvard.
Estudios recientes revelan que no es una estrategia exclusiva del marketing, sino que también puede estar presente en la contratación de personal, en la asistencia sanitaria y hasta en política.
Varios experimentos encontraron que cuando el señuelo está bien diseñado puede cambiar hasta un 40% la opinión.
Al introducir una opción intermedia puede que muestre que el consumidor está dispuesto a pagar más, haciendo que el efecto señuelo sea muy atractivo para las empresas.
Algunos psicólogos aún debaten las razones de este efecto, pero una idea es que el hecho de poder comparar nos permite justificar nuestra decisión, que de otra manera sería arbitraria.
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