Por un desacuerdo con el Gobierno, la norteamericana Sempra renunció a comprarle las acciones del proyecto a Odebrecht. La obra se sigue retrasando.
El Gasoducto Sur Peruano (GSP) es una obra que promete llevar gas natural desde Camisea (Cusco) hasta Ilo para 2018, a lo largo de mil kilómetros. Pero el principal obstáculo no ha sido lo agreste del terreno, sino el dinero y la política. La norteamericana Sempra Energy renunció este martes ha comprar las acciones de la constructora brasileña Odebrecht. La razón fue que el Gobierno rechazó eliminar una cláusula anticorrupción en el contrato de concesión.
Odebrecht comenzó siendo propietaria del 75% de las acciones del proyecto en 2014. El año pasado vendió el 20% a Graña y Montero, y hoy oferta su 55% restante. Desde que los principales directivos de la empresa brasileña fueron a prisión por el caso Lava Jato, la mayor operación de la historia de Brasil contra la corrupción, la constructora ha comenzado a liquidar algunos de sus principales negocios en Lationamérica. Uno de ellos es el Gasoducto Sur.
Gracias, pero no gracias. "Las negociaciones han terminado sin acuerdo", informó Semprea Energy en un comunicado. "A pesar de sus esfuerzos destacados, el Gobierno peruano expresó su incapacidad para garantizar que la concesión no sería cancelada por presuntas violaciones legales del vendedor o de sus afiliados", Según la cláusula, el proyecto volverá a manos del Estado peruano si se comprueba que el concurso público para la compra de acciones se ganó mediante actos de corrupción.
Asociación para trabajar. Sempra se había asociado con la argentina Techint para negociar la entrada en Gasoducto Sur Peruano en lugar de Odebrecht. A esta última le fue concedido el proyecto en consorcio con la energética española Enagás y la constructora peruana Graña y Montero. Los concesionarios del proyecto, adjudicado en junio de 2014 por 7,328 millones de dólares, tienen hasta enero de 2017 para garantizar la financiación del proyecto, cuya construcción tiene un avance del alrededor del 30%.
El Gobierno peruano está evaluando licitar el proyecto de nuevo si la compañía brasileña no continúa la obra, según dijo esta semana el primer ministro, Fernando Zavala. El contrato original contempla una concesión de 34 años para operar el Gasoducto, recuperar la inversión y obtener ganancias. (EFE)
Comparte esta noticia