Se trata de una medida sencilla y que debe ir de la mano con el uso de focos ahorradores en toda la vivienda.
Si quieres reducir tu consumo de electricidad, la primera medida es instaurar como regla familiar que cada vez que una persona abandona una habitación debe apagar la luz. Aunque parezca sencillo, en muchas viviendas suelen quedarse luces prendidas incluso en horas del día.
La iluminación es responsable del alrededor del 20% del consumo eléctrico en un hogar de clase media, según Osinerg. Por eso, apagar las luces en las habitaciones donde no sean necesarias incidirá en un notable ahorro.
Estos consejos, tomados de las guías de ahorro de energía del Ministerio de Energía y Minas, te ayudarán a reducir el uso de luz artificial en tu casa:
- Considera instalar temporizadores o sensores de presencia para reducir la cantidad de tiempo de operación de las luces.
- Aprovecha la luz del día. Utiliza cortinas claras y sueltas en las ventanas para permitir la entrada de la luz.
- Decora o pinta los ambientes de tu casa con colores claros que reflejen la luz del día.
- Usa lámparas para tareas específicas, como leer o coser, en vez de iluminar toda una habitación.
Limpia con frecuencia las lámparas y/o pantallas para evitar que la suciedad impida la difusión de luz. Una lámpara en mal estado puede llegar a perder hasta un 50% de luminosidad. Una lámpara limpia y en buena condición puede usar focos de menor potencia y ofrecer la misma calidad de luz que otra en mal estado, lo que deriva en un ahorro de hasta 20% en el consumo de electricidad.
Si a estas medidas, les sumas reemplazar focos ahorradores por los incandescentes, habrás logrado un hogar energéticamente más eficiente. Por ejemplo, un foco incandescente de 100 W consume 180kWh al año. Al ser reemplazado por una lámpara ahorradora que consume solo 36kWh en el mismo tiempo, se obtendría un ahorro de 80% de energía.
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