En otras de las zonas encontradas hay genes que están relacionados con el control del apetito, según investigadores españoles.
Un consorcio internacional de investigadores ha identificado 18 nuevas zonas del genoma en donde existen genes asociados a la masa corporal, es decir, que contienen alguna característica genética que aumenta el riesgo de que una persona padezca obesidad.
Este dato forma parte de los resultados obtenidos de una macroinvestigación con la participación de casi 250.000 personas y que han sido publicados en dos artículos en el último número de la revista Nature Genetics.
El consorcio de investigadores realizó 48 estudios internacionales en el marco de la iniciativa GIANT, explicó a Efe el español Roberto Elosúa, del Grupo de Epidemiología y Genética Cardiovascular del Instituto Municipal de Investigación Médica (IMIM) y uno de los científicos que participó en la investigación.
En cada persona involucrada en la investigación se estudiaron más de 2,8 millones de características genéticas y fueron identificadas 32 zonas del genoma (18 de ellas nuevas) que contienen genes asociados con el Índice de Masa Corporal (IMC).
En cada una de estas zonas del genoma existe una característica genética que aumenta el riesgo de que una persona presente obesidad.
Cada persona puede heredar esta característica de su padre y/o de su madre, de modo que puede presentarla cero veces (sus progenitores no lo han trasmitido), una vez (heredada de su padre o su madre) o dos veces (heredada de su padre y de su madre).
En el estudio se ha calculado que cada una de estas características se asocia con un aumento del peso de unos 435-551 gramos en una persona de 1,70 metros de altura.
En algunas de estas zonas del genoma existen genes relacionados con la diabetes, como el gen FTO, lo que pone de manifiesto la relación ya conocida entre la obesidad y la diabetes.
En otras de las zonas identificadas hay genes que están relacionados con el control del apetito, según el científico español.
No obstante, estas 32 variantes explican sólo un 1,5 por ciento de las diferencias que existen entre personas en el índice de masa corporal.
Los investigadores han calculado que todavía existen otras 180 zonas en donde hay características comunes (presentes en más del 5 por ciento de la población) que se asocian con el índice de masa corporal y que todavía están por descubrir.
Según los datos, aproximadamente entre el 10 y el 12 por ciento de la población infantil, y entre el 15 y el 20 por ciento de los adultos padecen obesidad.
Se estima que los factores genéticos explican entre el 40 y el 60 por ciento de las diferencias en el índice de masa corporal en las personas.
EFE
Este dato forma parte de los resultados obtenidos de una macroinvestigación con la participación de casi 250.000 personas y que han sido publicados en dos artículos en el último número de la revista Nature Genetics.
El consorcio de investigadores realizó 48 estudios internacionales en el marco de la iniciativa GIANT, explicó a Efe el español Roberto Elosúa, del Grupo de Epidemiología y Genética Cardiovascular del Instituto Municipal de Investigación Médica (IMIM) y uno de los científicos que participó en la investigación.
En cada persona involucrada en la investigación se estudiaron más de 2,8 millones de características genéticas y fueron identificadas 32 zonas del genoma (18 de ellas nuevas) que contienen genes asociados con el Índice de Masa Corporal (IMC).
En cada una de estas zonas del genoma existe una característica genética que aumenta el riesgo de que una persona presente obesidad.
Cada persona puede heredar esta característica de su padre y/o de su madre, de modo que puede presentarla cero veces (sus progenitores no lo han trasmitido), una vez (heredada de su padre o su madre) o dos veces (heredada de su padre y de su madre).
En el estudio se ha calculado que cada una de estas características se asocia con un aumento del peso de unos 435-551 gramos en una persona de 1,70 metros de altura.
En algunas de estas zonas del genoma existen genes relacionados con la diabetes, como el gen FTO, lo que pone de manifiesto la relación ya conocida entre la obesidad y la diabetes.
En otras de las zonas identificadas hay genes que están relacionados con el control del apetito, según el científico español.
No obstante, estas 32 variantes explican sólo un 1,5 por ciento de las diferencias que existen entre personas en el índice de masa corporal.
Los investigadores han calculado que todavía existen otras 180 zonas en donde hay características comunes (presentes en más del 5 por ciento de la población) que se asocian con el índice de masa corporal y que todavía están por descubrir.
Según los datos, aproximadamente entre el 10 y el 12 por ciento de la población infantil, y entre el 15 y el 20 por ciento de los adultos padecen obesidad.
Se estima que los factores genéticos explican entre el 40 y el 60 por ciento de las diferencias en el índice de masa corporal en las personas.
EFE
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