El cocinero cree que tras el dominio francés en la cocina durante 400 años y la revolución culinaria en España iniciada en los noventa, ahora lo que hay son "tendencias".
Ferran Adrià cree que en los restaurantes de todo el mundo hay una revolución que es "la informalidad". "La gente no quiere tanto rollo, quiere comer bien, un sitio divertido, alegre, para un par de horas", asegura en una entrevista con Efe.
Adrià cree que tras el dominio francés en la cocina durante 400 años y la revolución culinaria en España iniciada en los noventa y culminada con su restaurante -ya cerrado- el Bulli, ahora lo que hay son "tendencias".
Una revolución española sobre la que ironiza: "somos tan quijotes que no le hemos puesto nombre, se intentó con la nueva nouvelle cuisine de la portada del New York Times (en la que salía Adrià en el 2003) pero no se compró, fuera le llaman cocina molecular, que no sé qué es; yo le llamo cocina emocional".
Estas tendencias que destacan en la alta cocina están en México, Perú y Brasil por una parte, y en China y Japón por la otra. "Hay que tener en cuenta que la cocina europea nunca dialogó con Japón, y esto ha comenzado hace diez años".
Pero también en España, donde la generación de cocineros treintañeros es "la mejor de la historia".
"Aquí mismo tenemos a Josean Fernández Alija -el cocinero del restaurante del Guggenheim de Bilbao (norte de España), donde se desarrolla la entrevista-, un crack mundial a nivel técnico. Olvídate del resultado, cuando haces vanguardia, entras en un mundo más incomprendido, siempre ha habido gente que ha dicho que los cambios son un churro. Te vas a comer un chuletón y una merluza y nadie va a debatirlo", explica.
Si en la cocina hay "tendencias", Adrià cree que en los restaurantes, sobre todo en los de gama media-alta, sí hay una revolución mundial, "la de la informalidad".
"La gente solo está dispuesta a un nivel de concentración muy alto -como las cinco horas que se estaba comiendo en el Bulli- por algo excepcional; si no, informal y divertido".
Informal "muy gamberra, libre", quiere ser la fundación Bulli, que arrancará en el 2014 y que pondrá a disposición de todos los cocineros a través de internet la creatividad del restaurador catalán y su equipo.
"La fundación va a ser un centro de experimentación, creativo, porque en los últimos tiempos del restaurante estábamos encorsetados por la fama. La gente no lo entendió y no lo entiende aún, pero lo que queremos es volver a los orígenes. Si queríamos seguir creando, teníamos que ir para atrás".
EFE
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