No había muerto en el accidente aéreo que ocurrió en la selva y regresa a Las Lomas justo cuando Shirley se va a casar con Santiago Cross.
Los invitados a la boda de Shirley y Santiago llegan a la iglesia de Las Lomas y aunque el padre del novio está totalmente incómodo, igual está al lado de su hijo. Santiago está preocupado por la novia no llega al templo.
Lucho está al lado de su hija y le arregla el cabello. “Papá, la limosina no llega, ¿qué hacemos?”, le dice. “No te preocupes, la novia siempre puede llegar tarde”, le dice Lucho para tranquilizarla. Luego la deja sola y se va a otro ambiente de la casa.
Llaman a la puerta y Shirley supone que es el chofer. Abre la puerta y se encuentra con Patrick que está totalmente hecho una desgracia. El piloto se arrodilla y abraza a Shirley que no puede creer que está viendo a su novio. “Sigues vestida de novia, me esperaste mi amor”, dice Patrick. “Sí, desde que te fuiste nunca me lo quité”, le dice pero luego se da cuenta que está metida en un problema.
Mientras tanto, Frida, la madre de Patrick está en su casa rezando y le pide a Dios que le daría todo lo que tiene por volver a tener a su hijo al lado. De pronto una brisa llega. “¡¿Es eso una señal Señor?!”, pregunta. Mientras tanto, Reyna siente la misma brisa mientras espera la llegada de su hija a la iglesia. Se sorprende porque presiente que algo está por ocurrir. Y no se equivoca.
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