Un artículo del periodista Diego Salazar puso en evidencia al ilustrador Cristhian Hova, quien aseguró haber realizado trabajos para la publicación estadounidense.
El artista Cristhian Hova hizo creer a los medios de comunicación, a seguidores de sus ilustraciones, al curador de su exposición en la galería Índigo, a su agencia de relaciones públicas, a sus amigos, que su talento había traspasado fronteras.
Según su presentación en la nota de prensa que su agente compartió con los medios de comunicación, Hova tiene en su portafolio creaciones para Marvel, DC Comics, Century Fox y tres portadas para la revista The New Yorker que, según el texto, requiere de sus servicios “constantemente”.
La duda. El periodista Diego Salazar, subscriptor de The New Yorker desde “hace varios años”, se quedó con la intriga de haber pasado por alto el trabajo del peruano para la publicación. Entonces, repasó las 75 portadas que se publicaron entre el 2016 y 2017 y se llevó una gran sorpresa.
Hova nunca ilustró una portada para The New Yorker. “Había fabricado esa otra página de The New Yorker, cogiendo un titular de aquí, un arranque de artículo de allá, y pegando una ilustración obra de Cristhian Hova”, detalla Salazar en su blog No hemos entendido nada.
Este descubrimiento, que puso a prueba la credulidad de todos, fue confirmado por la asistente de la editora de Arte de la revista estadounidense, Genevieve Bormes, que fue consultada por Diego Salazar. “Hasta donde tengo conocimiento, puedo afirmar que este artista no tiene relación alguna con The New Yorker ni con sus portadas”.
Mea culpa. Tras conocerse el engaño del ilustrador, él se pronunció a través de las redes sociales y se disculpó con quienes aplaudieron la internacionalización de su trabajo. “Lo reconozco y me disculpo públicamente. No voy a hacer más declaraciones sobre este tema, porque me siento muy afectado emocionalmente”, publicó.
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