El entrenador azulgrana le bajó el tono al debate sobre su permanencia en el club catalán, pues su contrato culminará el 30 de junio del próximo año.
El entrenador del Barcelona, Josep Guardiola, ha restado importancia al debate sobre su continuidad en el banquillo azulgrana y ha recordado que cuando deje de ser el técnico azulgrana "vendrá otro" porque "un club no dejará de ser fuerte porque un jugador o un entrenador se vaya".
Abrumado el día después por los elogios tras haber recibido la medalla de honor del Parlament de Cataluña, especialmente tras el discurso que realizó en el que emplazaba a Cataluña a trabajar para ser más competitivos, Guardiola ha dicho que su pretensión no era levantar la moral del país.
Guardiola ha agradecido al presidente del club, Sandro Rosell, su deseo para que renueve el contrato con el Barça (finaliza el 30 de junio de 2012), aunque cree que el dirigente "tiene retos más importantes" que no dependan de nadie en particular.
Además, ha pedido al barcelonismo que no pierda "la percepción del tiempo" y ha recordado que el club "ha subsistido a malas épocas", por lo que lo más importante es que el Barça "siga respetando una cierta idea de hacer las cosas".
"El hecho de que hoy haya ganado, no significa que mañana vayamos a ganar. Esto sigue, este club no depende del entrenador, de mí en este caso, sino de las juntas directivas, de los jugadores, de sus aficionados... No estoy preocupado, un club no dejará de ser fuerte porque un jugador o un entrenador se vaya", ha insistido.
Preguntado sobre la buena acogida que tiene su discurso entre la clase política, Guardiola ha explicado que "sólo es un entrenador" y que no tiene ninguna vocación política.
"No serviría, el fútbol es un ámbito especial, como el periodismo o la política. Los entrenadores del mundo tenemos esta pasión por nuestro trabajo. ¿Por qué yo soy mejor que otros? Por estos jugadores. Estoy orgulloso de ser contemporáneo de mis jugadores, esto es lo que me vale", ha dicho.
EFE
Comparte esta noticia