Una vez más el argentino ha tenido arcadas repentinas, esta vez antes de saltar al campo de juego ante el Athletic Bilbao. La situación ya preocupa al cuerpo médico del Barcelona.
Lionel Messi era el último de la fila, como presagiando que algo negativo estaba por pasar y escondiéndose para que los compañeros no lo perciban. Era la previa al partido del último fin de semana entre el Barcelona y el Athletic Bilbao en el que el 10 marcó uno de los goles de penal aunque no lució un fútbol vistoso al que ya tenía acostumbrado mostrar a la gradería.
Inmediatamente después se llevó, como tantas veces lo ha hecho, las manos al abdomen y torció hacia abajo su rostro; el "Tata" Martino se percató del hecho y volteó inmediatamente la cara como para evitar el hecho desagradable, Messi una vez más estaba vomitando en la previa a un partido.
Con el rostro desencajado saltó al campo de juego y casi ni saludó a la preferencial, miraba algo perdido a todos lados intentando recuperar el aire. Luego de unos minutos el sofocón había pasado, momentáneamente claro, pero él y los médicos de Barcelona saben que algo no anda bien con el argentino. El misterio debe ser pronto resuelto porque sus arcadas repetidas tantas veces ya no son casualidad.
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