Si toma en cuenta todos estos datos (por cierto, no menores) es muy probable que se evite malos ratos comprando alimentos de mala calidad.
Elegir alimentos es una tarea que muchas personas realizan de manera automática, casi sin fijarse en lo que están comprando o eligiendo. Cuando se trata de fruta o verduras, la apariencia, el olor y la textura bastan para que una persona bien entrenada pueda saber si son de buena calidad.
Cuando hablamos de alimentos procesados, enlatados o embolsados, hay muchas otras características para reconocer si se trata de alimentos de buena calidad. El Instituto Nacional de la Calidad (Inacal) indica que hay muchos aspectos que se deben tomar en cuenta para elegir. Aquí algunas recomendaciones:
Leer las etiquetas para verificar cuáles son los ingredientes.
Verificar que se indique el nombre y dirección del fabricante.
Ver la fecha de vencimiento.
Que se identifique el lote al que pertenece.
Revisar dónde fue fabricado.
Leer las instrucciones de consumo.
Verificar las instrucciones para el consumo.
Consultar los registros sanitarios.
Revisar cuáles son las condiciones para su conservación.
Si toma en cuenta todos estos datos (por cierto, no menores) es muy probable que se evite malos ratos comprando alimentos de mala calidad.
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