Evo Morales inauguró un criadero de trucha en la frontera con Chile para aprovechar las aguas de la zona del Silala que, según dijo él, no es un río internacional como asegura el gobierno vecino.
El presidente de Bolivia, Evo Morales, inauguró un criadero de truchas en la frontera con Chile para aprovechar las aguas de la región del Silala que, según ratificó, no es un río internacional como asegura el Gobierno vecino.
"Hemos traído a la prensa boliviana, a la prensa internacional para que vean que no es un río internacional", dijo Morales en el discurso pronunciado al inaugurar el proyecto, construido por las Fuerzas Armadas bolivianas y financiado por la gobernación de la región andina de Potosí, donde se encuentran las aguas.
"Un río internacional requiere otro tratamiento, pero nuestras aguas del Silala nacen en territorio nacional, por tanto es nuestra obligación recuperar nuestras aguas del Silala para el pueblo de Bolivia, para el departamento de Potosí", agregó.
Chile sostiene que el Silala es un río de cauce internacional y ha cuestionado que Bolivia señale una soberanía única sobre esas aguas, cuyo flujo es de 205 litros por segundo.
Para Bolivia, las aguas pertenecen a manantiales o vertientes pero fluyen por canales artificiales construidos hace más de cien años que derivan en el norte de Chile.
Ambos Gobiernos negociaron entre 2009 y 2010 un acuerdo para que las empresas del norte de Chile pagaran por el uso de esas aguas, en tanto se aclaraba si son manantiales o un río, pero el documento no se firmó porque Potosí exigió que incluyera el reclamo a los chilenos de una "deuda histórica" por el aprovechamiento de esos caudales.
Las autoridades bolivianas decidieron iniciar en octubre pasado la construcción del criadero, que consta de tres módulos y seis piscinas con capacidad para producir 21.600 truchas por año.
El gobernador de Potosí, el oficialista Félix González, resaltó en el acto que éste es el primer proyecto de varios que se desarrollarán en la zona para demostrar la soberanía boliviana sobre las aguas del Silala.
Afirmó que desde "hace más de 100 años" las empresas del norte de Chile aprovechan esas aguas, "ganan millones de dólares y Bolivia no recibe un solo centavo" por su uso, por lo que se decidió avanzar con los proyectos para el aprovechamiento local.
"Lo hacemos en el marco de la dignidad, pero es un proyecto de vida. Como un Estado pacifista, no estamos con armas, estamos con un proyecto de vida que va a permitir garantizar la seguridad alimentaria a los habitantes del lugar, que va a generar fuentes de trabajo y que va a atraer a muchos turistas", agregó.
Para este año también están previstos la construcción de una embotelladora de aguas y una central hidroeléctrica.
Ambos países también están enfrentados por la decisión de Bolivia de presentar en la Corte de Justicia de La Haya una demanda para pedir la restitución de su salida soberana al océano Pacífico, perdida en una guerra librada ante Chile a fines del siglo XIX.
EFE
Comparte esta noticia