El niño es un ser demandante. Desde que nace está pidiendo: pide comida, que se les cambie el pañal, que se les atienda...
Y a medida que vaya creciendo seguirá demandando más allá de sus necesidades reales y de lo que puedas satisfacer. Por eso será infructuoso tratar de complacerle comprándole todo lo que te pida, ya que creará nuevas necesidades y siempre querrá más.
A partir de los dos años los niños suelen atravesar una etapa en la que las rabietas son una actitud muy común. Han comprobado que de esta forma consiguen que sus padres hagan lo que ellos quieren. Pero, ¿debemos ceder a hacer lo que quieren cuando tienen una rabieta?
Cada vez que cedas ante un berrinche, estarás recompensando al pequeño y esto hará que la conducta del pequeño se repita a menudo.
Si te lo tomas como algo normal y no haces especial caso a este tipo de actitudes, te darás cuenta de que las pataletas de tu hijo cada vez serán menores. Esta etapa es una fase temporal del desarrollo del niño y termina pasando con el tiempo.
La obsesión de los niños por adquirir cosas puede resultar realmente terrible, sin embargo muchos expertos coinciden en que esta conducta, común en la mayoría de los niños desde de los 2 años, es consecuencia de dos factores de desarrollo positivos. En primer lugar, su imaginación está floreciendo, lo que es fantástico excepto por el hecho de que les hace más vulnerables a la publicidad. Si ve un niño jugando con un coche en televisión, no tardará en imaginarse lo bien que se lo pasaría con ese juguete si lo tuviera. Por otro lado, tu hijo está comenzando a socializarse y al reunirse con otros niños para jugar comparará inevitablemente juguetes, ropa y cualquier cosa que posea con el resto de compañeros. Después te pedirá que le compres lo mismo a él.
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