Japón está especialmente interesado en los yacimientos de litio de Bolivia para la fabricación de baterías de teléfonos móviles, ordenadores portátiles y vehículos eléctricos.
El Gobierno de Japón transmitió hoy al presidente de Bolivia, Evo Morales, su deseo de que el país andino le garantice un suministro estable de litio, a la vez que ofreció su cooperación tecnológica para la explotación de ese metal.
Morales, que realiza su segunda visita oficial a Japón, se reunió con el ministro de Economía, Akihiro Ohata, quien le hizo esos comentarios, antes de entrevistarse a última hora de hoy con el primer ministro japonés, Naoto Kan, informó la agencia local Kyodo.
Además, Ohata comentó a Morales que Japón puede ayudar a Bolivia en el desarrollo de recursos humanos en el sector del litio.
Según la agencia Kyodo, Japón planea aceptar que estudiantes de Bolivia aprendan en la Universidad de Kioto (centro de Japón) la tecnología para fabricar baterías de litio.
Japón está especialmente interesado en los yacimientos de litio de Bolivia, que se calcula posee más de la mitad de las reservas mundiales de ese metal esencial para la fabricación de baterías de teléfonos móviles, ordenadores portátiles y vehículos eléctricos.
Anualmente Japón importa unas 13.000 toneladas de litio y, aunque aún no comercia con Bolivia sobre ese mineral, ha expresado su interés en asociarse con el país andino, que de momento no ha explotado comercialmente ese recurso natural.
El pasado noviembre, representantes de las compañías japonesas Sumitomo, Mitsubishi y la estatal Japan Oil, Gas and Metals National Corporation acordaron con la Corporación Minera de Bolivia cooperar en la investigación para la industrialización del litio del Salar de Uyuni, donde se concentran la mayoría de las reservas bolivianas.
Así, se estableció que Sumitomo y Mitsubishi enviarán a Bolivia el equipo de investigación necesario para el desarrollo de una planta piloto de la Corporación Minera de Bolivia que prevé iniciar en el 2011 la producción de carbonato de litio en volúmenes pequeños.
EFE
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