El secretario de Asuntos Políticos de la OEA, Kevin Casas, refiere que uno de los retos "es plantear seriamente el problema de la fiscalidad, que es donde se juega el futuro de la región".
El secretario de Asuntos Políticos de la Organización de Estados Americanos (OEA), Kevin Casas, afirmó que "una reforma fiscal progresiva es la gran asignatura pendiente de América Latina", región donde las crecientes clases medias exigen servicios públicos de calidad.
Casas Zamora, que fue vicepresidente de Costa Rica (2006-2007), hizo esta valoración durante un foro sobre gobernabilidad democrática en Latinoamérica organizado por la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (Aecid) con motivo de su 25 aniversario en Cartagena de Indias.
Uno de los retos "es plantear seriamente el problema de la fiscalidad, que es donde se juega el futuro de la región", insistió, al detallar que la región está en pleno proceso de transformación.
A juicio del funcionario de la OEA, hay una "proliferación de demandas sociales porque las clases medias han crecido, son más amplias que nunca, y con su voz defienden calidad de los servicios públicos".
Esas elevadas expectativas reclaman, argumentó, un cambio de modelo para que, a partir de la recaudación de impuestos, los estados puedan atender las demandas, al dejar claro que un problema fundamental es que "los servicios públicos de muy mala calidad".
A su juicio, se están produciendo cambios "que van a definir la suerte de la democracia", entre ellos están precisamente esas demandas de las clases medias.
Advirtió de que, en contra de la percepción general, en América Latina se está dando una "convergencia ideológica" en el sentido de que la mayoría no se ubica en la derecha o la izquierda, sino que opta por gobiernos que atienden sus necesidades.
Según Casas, "uno ve que hay consenso en cuanto a lo que significa buen gobierno, eso implica elecciones libres, no hacer locuras con la macroeconomía, políticas sociales robustas y ser capaces de tener un impacto en la pobreza y la desigualdad".
"A la gente no le importa mucho quien haga esto, que venga de la izquierda o de la derecha", afirmó.
El secretario de Asuntos Políticos de la OEA también indicó que esa transformación se refleja en una "crisis de los mecanismos tradicionales de representación", en alusión a los partidos y los Congresos, por "su falta de credibilidad".
Eso ha dado lugar a "una sociedad civil más activa pero muy fragmentada" que se ha apropiado de buena parte de la representación política, al igual que los medios de comunicación e incluso las redes sociales.
"La verdad es que después de 20 años no tenemos mucho que mostrar sobre el fortalecimiento de los partidos políticos", dijo Casas, para preguntarse si están "destinados a desaparecer", por lo que exigió una reflexión al respecto.
Asimismo dijo que los marcos institucionales muestran agotamiento y advirtió de "un vaciamiento del estado de derecho", lo que se refleja en que buena parte de los ciudadanos aceptan abusos de autoridad, son partidarios de tomarse la justicia por su mano e incluso no reconocen que la fuerza es un monopolio del Estado.
Por último, el representante de la OEA propuso una agenda para América Latina: "consensos, robustecer la democracia representativa, procesos de reforma política, atacar el problema de la inseguridad y fiscalidad".
El foro fue inaugurado por el secretario español de Estado de Cooperación Internacional y para Iberoamérica, Jesús Gracia, quien advirtió de que las amenazas que afronta la región son el populismo, la desigualdad y la inseguridad.
EFE
Comparte esta noticia