dijo que la Iglesia "está herida por nuestros pecados", pero que Cristo ama a esa Iglesia y que su Evangelio es la verdadera fuerza que "purifica y sana".
El papa Benedicto XVI afirmó ante un grupo de cardenales que en estos momentos de "tormento" no se siente solo y que la Iglesia está "herida" pero que "todavía" confía en el consuelo de Dios.
El Pontífice hizo estas manifestaciones durante el almuerzo que le ofrecieron 46 cardenales con motivo del quinto aniversario de su pontificado, unas palabras consideradas como una implícita referencia a los casos de curas pederastas que han sacudido a la Iglesia Católica.
Ya este fin de semana durante su viaje a Malta dijo que la Iglesia "está herida por nuestros pecados", pero que Cristo ama a esa Iglesia y que su Evangelio es la verdadera fuerza que "purifica y sana".
El portavoz vaticano, Federico Lombardi, dijo que esas palabras eran el sentimiento del Pontífice ante los casos de sacerdotes que han abusado de menores y han manchado a la Iglesia.
"En este momento el Papa siente, con fuerza, que no está solo. Siente que tiene al lado a todo el colegio cardenalicio, que con él comparte tormentos y consuelo. Así lo ha dicho Benedicto XVI a los 46 cardenales que han compartido con él el almuerzo en el quinto aniversario de su elección como Pontífice", informó hoy el diario vespertino vaticano "L"Osservatore Romano".
El diario de la Santa Sede añadió que el Papa ha agradecido al Colegio Cardenalicio "la ayuda que le presta día a día" y se refirió "a los pecados de la Iglesia, recordando que ella, herida y pecadora, confía todavía más en el consuelo de Dios".
Durante la comida, celebrada en la Sala Ducal del Palacio Apostólico, los cardenales felicitaron al Papa Ratzinger por el quinto aniversario de su Pontificado, "que lleva adelante con gran generosidad", según dijo el decano de los purpurados, Angelo Sodano.
Sodano destacó el servicio del Obispo de Roma a la Iglesia y al mundo y le reiteró la solidaridad del Colegio Cardenalicio, "que es una gran familia, siempre unida al Sucesor de Pedro y comprometida a vivir en espíritu de comunión fraterna con el Papa".
El menú del almuerzo, según contaron algunos cardenales, consistió en arroz y solomillo y de postre tarta de chocolate "Sacher".
El almuerzo fue el único acto conmemorativo de esta jornada, que es fiesta en el Vaticano, a donde han llegado en los últimos días miles de felicitaciones al Pontífice tanto por este quinto aniversario como por su 83 cumpleaños, que cumplió el pasado día 16.
La celebración se ha producido un día después de su visita a Malta, donde ayer se reunió con ocho víctimas de curas pederastas a las que manifestó "su vergüenza y pesar" por lo que han sufrido y les dijo que la Iglesia "está haciendo y continuará haciendo" todo lo que esté en sus manos para llevar ante la justicia a los responsables de los abusos.
El portavoz Lombardi dijo hoy que la reunión se celebró en un clima de serenidad, de esperanza, de emoción y de mucha profundidad, de curación y de reconciliación".
Lombardi, que estuvo presente en la reunión, subrayó que el encuentro fue "muy sencillo, discreto, lejano del clamor de los medios de comunicación y de la publicidad, que comenzó con un momento de rezos y continuó con el Papa escuchando con gran atención las palabras que esas personas deseaban contarle, todo lo que tenían en el corazón y que querían contarle como pastor y como padre".
El jesuita destacó el hecho de que cada una de las ocho víctimas pudieran contar al Papa sus sentimientos y que éste pudiese hablarles, ya que se trataba de encontrarse y de sanar heridas personales profundas".
Lombardi resaltó que el camino elegido para este tipo de encuentros "no es el de los mensajes pregonados, sino de escuchar y dialogar en profundidad".
El portavoz resaltó asimismo como muy positivo el hecho de que las víctimas pudieran contar al Papa con total libertad sus problemas.
Una de esas víctimas, Lawrence Grech, de 37 años, que sufrió abusos en un orfanato de Malta en las décadas de los años 80 y 90, expresó su satisfacción tras el encuentro, explicó que dieron las gracias al Papa y que se quitaron "un gran peso de encima, una pesadilla que nos ha turbado durante años".
Grech aseguró que vio al Pontífice "llorar de emoción" y que contempló en su rostro la "humildad de la Iglesia". EFE
El Pontífice hizo estas manifestaciones durante el almuerzo que le ofrecieron 46 cardenales con motivo del quinto aniversario de su pontificado, unas palabras consideradas como una implícita referencia a los casos de curas pederastas que han sacudido a la Iglesia Católica.
Ya este fin de semana durante su viaje a Malta dijo que la Iglesia "está herida por nuestros pecados", pero que Cristo ama a esa Iglesia y que su Evangelio es la verdadera fuerza que "purifica y sana".
El portavoz vaticano, Federico Lombardi, dijo que esas palabras eran el sentimiento del Pontífice ante los casos de sacerdotes que han abusado de menores y han manchado a la Iglesia.
"En este momento el Papa siente, con fuerza, que no está solo. Siente que tiene al lado a todo el colegio cardenalicio, que con él comparte tormentos y consuelo. Así lo ha dicho Benedicto XVI a los 46 cardenales que han compartido con él el almuerzo en el quinto aniversario de su elección como Pontífice", informó hoy el diario vespertino vaticano "L"Osservatore Romano".
El diario de la Santa Sede añadió que el Papa ha agradecido al Colegio Cardenalicio "la ayuda que le presta día a día" y se refirió "a los pecados de la Iglesia, recordando que ella, herida y pecadora, confía todavía más en el consuelo de Dios".
Durante la comida, celebrada en la Sala Ducal del Palacio Apostólico, los cardenales felicitaron al Papa Ratzinger por el quinto aniversario de su Pontificado, "que lleva adelante con gran generosidad", según dijo el decano de los purpurados, Angelo Sodano.
Sodano destacó el servicio del Obispo de Roma a la Iglesia y al mundo y le reiteró la solidaridad del Colegio Cardenalicio, "que es una gran familia, siempre unida al Sucesor de Pedro y comprometida a vivir en espíritu de comunión fraterna con el Papa".
El menú del almuerzo, según contaron algunos cardenales, consistió en arroz y solomillo y de postre tarta de chocolate "Sacher".
El almuerzo fue el único acto conmemorativo de esta jornada, que es fiesta en el Vaticano, a donde han llegado en los últimos días miles de felicitaciones al Pontífice tanto por este quinto aniversario como por su 83 cumpleaños, que cumplió el pasado día 16.
La celebración se ha producido un día después de su visita a Malta, donde ayer se reunió con ocho víctimas de curas pederastas a las que manifestó "su vergüenza y pesar" por lo que han sufrido y les dijo que la Iglesia "está haciendo y continuará haciendo" todo lo que esté en sus manos para llevar ante la justicia a los responsables de los abusos.
El portavoz Lombardi dijo hoy que la reunión se celebró en un clima de serenidad, de esperanza, de emoción y de mucha profundidad, de curación y de reconciliación".
Lombardi, que estuvo presente en la reunión, subrayó que el encuentro fue "muy sencillo, discreto, lejano del clamor de los medios de comunicación y de la publicidad, que comenzó con un momento de rezos y continuó con el Papa escuchando con gran atención las palabras que esas personas deseaban contarle, todo lo que tenían en el corazón y que querían contarle como pastor y como padre".
El jesuita destacó el hecho de que cada una de las ocho víctimas pudieran contar al Papa sus sentimientos y que éste pudiese hablarles, ya que se trataba de encontrarse y de sanar heridas personales profundas".
Lombardi resaltó que el camino elegido para este tipo de encuentros "no es el de los mensajes pregonados, sino de escuchar y dialogar en profundidad".
El portavoz resaltó asimismo como muy positivo el hecho de que las víctimas pudieran contar al Papa con total libertad sus problemas.
Una de esas víctimas, Lawrence Grech, de 37 años, que sufrió abusos en un orfanato de Malta en las décadas de los años 80 y 90, expresó su satisfacción tras el encuentro, explicó que dieron las gracias al Papa y que se quitaron "un gran peso de encima, una pesadilla que nos ha turbado durante años".
Grech aseguró que vio al Pontífice "llorar de emoción" y que contempló en su rostro la "humildad de la Iglesia". EFE
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