La primera dama reconoció que Sarkozy le pidió su opinión sobre François Mitterrand, el actual ministro de Cultura francés.
La primera dama de Francia, Carla Bruni-Sarkozy, se confiesa simpatizante de la izquierda y asegura que no tiene "ninguna influencia política" sobre su marido, el conservador Nicolas Sarkozy.
"¿Cómo se puede imaginar que mi marido se haya convertido en un bendito muñequito que se deja influir? En una pareja, cada uno tiene una influencia personal sobre el otro, pero no tengo ninguna influencia política sobre mi marido. ¡Afortunadamente, si no sería un infierno!", señala Bruni-Sarkozy en una entrevista que publica mañana la revista "Elle".
La primera dama reconoce que el jefe del Estado le pidió su opinión sobre Frédéric Mitterrand, conocido intelectual y sobrino del ex presidente de Francia, François Mitterrand, pero que su opinión no marcó su nombramiento como ministro de la Cultura.
"Me pidió mi opinión sobre Frédéric Mitterrand, así como sobre otros artistas durante un almuerzo. ¡Todas las opiniones fueron positivas!", recuerda Bruni-Sarkozy.
La primera dama asegura que no habla con Sarkozy de política porque no tiene "ninguna competencia" ya que antes de casarse "miraba las páginas de política de los periódicos como un ciudadano medio" y se interesaba sobre las elecciones presidenciales "como otros se interesan por un partido de fútbol".
"Le doy mi opinión a mi marido si me pregunta, pero no me consulta jamás sobre puntos políticos precisos porque no sé nada", dice Bruni, una mujer que se define como "individualista" y algo "solitaria" aunque no "asocial".
Hay dos Carla Bruni, señala la cantante, "la imaginaria, cuya vida es relatada por otros, y la real, que soy yo y que mira con gracia y a veces sorprendida a la primera", concluye.
-EFE-
"¿Cómo se puede imaginar que mi marido se haya convertido en un bendito muñequito que se deja influir? En una pareja, cada uno tiene una influencia personal sobre el otro, pero no tengo ninguna influencia política sobre mi marido. ¡Afortunadamente, si no sería un infierno!", señala Bruni-Sarkozy en una entrevista que publica mañana la revista "Elle".
La primera dama reconoce que el jefe del Estado le pidió su opinión sobre Frédéric Mitterrand, conocido intelectual y sobrino del ex presidente de Francia, François Mitterrand, pero que su opinión no marcó su nombramiento como ministro de la Cultura.
"Me pidió mi opinión sobre Frédéric Mitterrand, así como sobre otros artistas durante un almuerzo. ¡Todas las opiniones fueron positivas!", recuerda Bruni-Sarkozy.
La primera dama asegura que no habla con Sarkozy de política porque no tiene "ninguna competencia" ya que antes de casarse "miraba las páginas de política de los periódicos como un ciudadano medio" y se interesaba sobre las elecciones presidenciales "como otros se interesan por un partido de fútbol".
"Le doy mi opinión a mi marido si me pregunta, pero no me consulta jamás sobre puntos políticos precisos porque no sé nada", dice Bruni, una mujer que se define como "individualista" y algo "solitaria" aunque no "asocial".
Hay dos Carla Bruni, señala la cantante, "la imaginaria, cuya vida es relatada por otros, y la real, que soy yo y que mira con gracia y a veces sorprendida a la primera", concluye.
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