Las tropas militares cercaron una aldea a fin de capturar a los mandos políticos del grupo extremo islámico Abu Sayyaf. Cinco soldados resultaron heridos.
Al menos 17 guerrilleros murieron en las últimas 24 horas durante una operación para hallar a comandantes del grupo radical islámico Abu Sayyaf en la conflictiva región sur de Filipinas, informaron hoy fuentes militares.
Cinco soldados también resultaron heridos en los combates que comenzaron ayer por la mañana en la isla de Joló, mil kilómetros al sur de la capital, según el general Benjamin Dolorfino.
Las tropas cercaron una aldea en la que al parecer se ocultaban Isnilon Hapilon, Albader Parad y Umbra Jumdail, miembros de la cúpula de Abu Sayyaf y acusados de varios crímenes por los gobiernos de Filipinas y Estados Unidos.
En cuanto los soldados abrieron fuego, los guerrilleros respondieron con disparos y el tiroteo se prolongó hasta entrada la madrugada.
Washington ofrece una recompensa de cinco millones de dólares por Hapilon, acusado de haber organizado en el pasado atentados contra ciudadanos estadounidenses y filipinos.
La intensa actividad de la organización extremista durante los últimos meses pone en duda la tesis defendida por algunos generales filipinos de que el grupo está descabezado y ya casi derrotado.
Otros altos mandos admiten que Abu Sayyaf sigue siendo una gran amenaza en el sur del archipiélago, pese a que las fuerzas de seguridad han debilitado su capacidad operativa y logística y cortado muchas de sus vías de financiación desde el extranjero.
Fundada en 1991 por ex combatientes de la guerra de Afganistán contra la Unión Soviética, la guerrilla quiere establecer un nuevo régimen islámico en el sur de Filipinas, dominado por sultanatos musulmanes malayos hasta la llegada de los colonizadores españoles.
Abu Sayyaf tiene lazos con la Yemaa Islamiya, el brazo de Al Qaeda en el Sudeste Asiático y se le atribuyen varios de los ataques más sangrientos de la última década y un sinfín de secuestros de locales y extranjeros. EFE
Cinco soldados también resultaron heridos en los combates que comenzaron ayer por la mañana en la isla de Joló, mil kilómetros al sur de la capital, según el general Benjamin Dolorfino.
Las tropas cercaron una aldea en la que al parecer se ocultaban Isnilon Hapilon, Albader Parad y Umbra Jumdail, miembros de la cúpula de Abu Sayyaf y acusados de varios crímenes por los gobiernos de Filipinas y Estados Unidos.
En cuanto los soldados abrieron fuego, los guerrilleros respondieron con disparos y el tiroteo se prolongó hasta entrada la madrugada.
Washington ofrece una recompensa de cinco millones de dólares por Hapilon, acusado de haber organizado en el pasado atentados contra ciudadanos estadounidenses y filipinos.
La intensa actividad de la organización extremista durante los últimos meses pone en duda la tesis defendida por algunos generales filipinos de que el grupo está descabezado y ya casi derrotado.
Otros altos mandos admiten que Abu Sayyaf sigue siendo una gran amenaza en el sur del archipiélago, pese a que las fuerzas de seguridad han debilitado su capacidad operativa y logística y cortado muchas de sus vías de financiación desde el extranjero.
Fundada en 1991 por ex combatientes de la guerra de Afganistán contra la Unión Soviética, la guerrilla quiere establecer un nuevo régimen islámico en el sur de Filipinas, dominado por sultanatos musulmanes malayos hasta la llegada de los colonizadores españoles.
Abu Sayyaf tiene lazos con la Yemaa Islamiya, el brazo de Al Qaeda en el Sudeste Asiático y se le atribuyen varios de los ataques más sangrientos de la última década y un sinfín de secuestros de locales y extranjeros. EFE
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