La futura portavoz de la Casa Blanca se pronunció pocos minutos después de que Donald Trump anunciara la reapertura de fronteras con parte de Europa y Brasil a partir del 26 de enero.
La futura portavoz de la Casa Blanca dijo el lunes que el gobierno de Joe Biden no prevé levantar las restricciones de viaje por COVID-19 a gran parte de Europa y Brasil, contradiciendo la medida que acababa de anunciar el presidente Donald Trump.
"Siguiendo el consejo de nuestro equipo médico, la Administración no tiene la intención de levantar estas restricciones el 26 de enero. De hecho, planeamos fortalecer las medidas de salud pública en torno a los viajes internacionales para mitigar aún más la propagación de COVID-19", dijo Jen Psaki en Twitter.
"Con el empeoramiento de la pandemia y el surgimiento de variantes más contagiosas en todo el mundo, este no es el momento de levantar las restricciones a los viajes internacionales", agregó.
Joe Biden será investido el miércoles 20 de enero.
Jen Psaki se pronunció pocos minutos después de que Donald Trump anunciara la reapertura de fronteras con parte de Europa y Brasil a partir del 26 de enero, levantando restricciones impuestas en marzo pasado para evitar la propagación del nuevo coronavirus.
"Esta medida es la mejor manera de continuar protegiendo a los estadounidenses de COVID-19 al tiempo que permite que los viajes se reanuden de manera segura", dijo Trump, en una declaración emitida por la Casa Blanca.
Trump dijo que las prohibiciones para China e Irán se mantendrían vigentes.
Los gubernamentales Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos emitieron el 12 de enero una orden por la cual se requerirá que todos los pasajeros que ingresen vía área al país tengan una prueba de covid-19 negativa.
Esta decisión entrará en vigor el 26 de enero y amplía una limitación ya vigente desde diciembre a Reino Unido, impuesta luego de la aparición allí de una variante del coronavirus considerada más contagiosa.
Difícil transición de poder
La transición de mando de Trump a Biden ha sido particularmente tumultuosa.
Trump se negó durante meses a aceptar el resultado de las elecciones del 3 de noviembre, insistiendo sin fundamento en que la votación había sido manipulada en su contra, e ignorando los fallos judiciales que señalaron lo contrario.
No sólo no felicitó ni se reunió aún con Biden, como es tradicional en Estados Unidos, sino que el mandatario republicano inicialmente negó al equipo demócrata el acceso a fondos y recursos dispuestos por ley para asegurar la instalación ordenada de la administración entrante.
Trump también se convertirá en el primer presidente saliente en 152 años que no asistirá a la ceremonia de investidura de su sucesor.
(Con información de AFP)
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