Los datos de Johns Hopkins calculan que más de 16,33 millones de personas han sido infectadas por la COVID-19, con 9,44 millones de esas personas recuperadas de la enfermedad.
La Universidad Johns Hopkins situó este lunes el número de fallecidos acumulados por la COVID-19 por encima de los 650 000 a nivel mundial, con Estados Unidos como principal foco de muertes, con una cuarta parte del total.
La recopilación de la Johns Hopkins, que se basa en fuentes oficiales a nivel global, sitúa las muertes en 650 029, de las cuales 147 143 se han dado en EE.UU. y 87 004, en Brasil.
Este número de fallecimientos se ha dado en algo más de seis meses desde que se anunció la transmisión humano a humano del coronavirus SARS-CoV-2.
En la lista de muertes por la enfermedad, Reino Unido está en el tercer lugar con 45 844 fallecidos, seguido de México con 43 680 muertos, por encima de los 30 000 fallecidos oficiales se encuentran también Italia, India y Francia.
Estados Unidos ha vuelto a superar este mes la media de mil muertos diarios, algo que no ocurría desde finales de mayo, aunque sigue lejos de los más de 2 000 muertos diarios que llegó a alcanzar a comienzos de aquel mes.
En cuanto a las muertes acumuladas, el estado de Nueva York, el más golpeado por la pandemia en la oleada de primavera, es el más afectado, con 32 645 fallecimientos.
Pese a los nuevos repuntes en estados del sur, ninguno de estos ha llegado aún a la cifra de mortalidad de los estados del noreste de Estados Unidos, ya que Florida y Texas, los nuevos focos de infecciones, no superan aún los 6 000 muertos.
Los datos de Johns Hopkins calculan que más de 16,33 millones de personas han sido infectadas por la COVID-19, con 9,44 millones de esas personas recuperadas de la enfermedad.
En las últimas 24 horas, han sido confirmados unos 205 000 contagios con el virus en todo el planeta y la progresión a nivel mundial no da signos de abatimiento.
Estados Unidos, la principal economía mundial, sigue teniendo dificultades para reabrir su economía sin provocar aumento de infecciones, algo que podría agravarse con la llegada del otoño boreal y de la temporada de gripe.
(Con información de EFE)
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