Latinoamérica registra 861 muertos por la enfermedad (Perú tiene 23 víctimas y Argentina 165), según datos de la Organización Mundial de la Salud.
Latinoamérica registra las peores cifras de contagio y muerte por la gripe AH1N1 en el mundo, con cerca de dos tercios de las 861 muertes confirmadas hasta la fecha por la enfermedad.
Los gobiernos de los países pobres descubren con preocupación que las primeras reservas de la vacuna que previsiblemente estará lista a finales de septiembre han sido adquiridas ya por los países europeos, Estados Unidos y otras naciones desarrolladas.
La situación es especialmente difícil para las cerca de 380 millones de personas que atraviesan el invierno de América Latina, donde la influenza humana se extiende rápidamente.
En total, Latinoamérica registra 861 muertos por la enfermedad (Perú tiene 23 víctimas y Argentina 165, el mayor número en el mundo después de los 263 de EE.UU.), según datos de la Organización Mundial de la Salud.
A pesar de que la gripe común también causa importantes víctimas fatales (36.000 por año sólo en Estados Unidos), la posibilidad de que el virus AH1N1 sufra una mutación mantiene en alerta a los gobiernos.
Una de las principales preocupaciones es que el virus A (H1N1) se combine con elementos del virus A (H5N1), conocido como la gripe aviar.
Conscientes de los peligros, dirigentes de Argentina, Brasil, Bolivia, Chile, Ecuador, Paraguay, Uruguay y Venezuela, pidieron de concierto la semana pasada que sus países queden exentos de pagar las patentes para fabricar la vacuna de la gripe porcina.
Mientras tanto, varios gobiernos latinoamericanos han tomado medidas de precaución como la suspensión de las clases en las escuelas o la compra de Tamiflu, uno de los medicamentos eficaces contra la enfermedad.
AFP
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