La "franja de la muerte" estaba constituida por un terreno que era rastreado para detectar huellas de pisadas.
El Muro de Berlín, construido a partir del 13 de agosto de 1961 y modernizado con el transcurso del tiempo, cayó a los 28 años, el 9 de noviembre de 1989, tras contabilizar 5.000 fugas y con un peso de 136 muertos en sus espaldas.
Medía 155 km de largo, de los que 43 km dividían en dos Berlín, de Norte a Sur, y otros 112 aislaban el enclave de Berlín Oeste del territorio de la República Democrática de Alemania (RDA).
Todo lo largo del Muro, del lado oriental, era una "tierra de nadie" cuya profundidad oscilaba por partes entre lo ancho de una calle y 300 metros.
En más de 106 km de largo, el Muro estaba compuesto de placas de hormigón armado de 3,60 metros de alto emplazadas sobre un cilindro para evitar las escaladas.
El resto eran alambradas metálicas.
Siete regimientos de 1.000 a 1.200 soldados cada uno vigilaban desde 302 atalayas y 20 búnkeres situados cerca del Muro, custodiado por patrullas a lo largo de 124 km.
Los miradores distaban entre 250 y 300 metros del centro de la ciudad y estaban conectados entre sí por un camino de ronda.
Por la noche, con un sistema de alumbrado cada 30 metros, el Muro era el lugar mejor iluminado de todo Berlín, mientras la parte Este de la ciudad permanecía a oscuras.
Para disuadir a los candidatos a las fugas e impedir el paso de vehículos, había 127 detectores o alarmas a lo largo de 259 senderos para perros adiestrados y 105 km de fosos.
La "franja de la muerte" estaba constituida por un terreno que era rastreado para detectar huellas de pisadas.
En los últimos años se habían suprimido las instalaciones para tiros automáticos y doblado el muro con un nuevo recinto en el lado Este.
La demolición del Muro comenzó rápidamente después de la apertura de los primeros puestos fronterizos la noche del 9 de noviembre de 1989.
Los aficionados a los souvenirs se llevaron a casa un recuerdo a golpe de pico.
Una parte del Muro fue subastada en Mónaco en junio de 1990, y con el paso de los años se regalaron otras.
Los otros 1.400 km de la frontera interalemana no estaban jalonados por un Muro como en Berlín pero contaban con un dispositivo sofisticado para desanimar a los fugitivos, con alambradas de espino o electrónicas, y minas.
-AFP-
Medía 155 km de largo, de los que 43 km dividían en dos Berlín, de Norte a Sur, y otros 112 aislaban el enclave de Berlín Oeste del territorio de la República Democrática de Alemania (RDA).
Todo lo largo del Muro, del lado oriental, era una "tierra de nadie" cuya profundidad oscilaba por partes entre lo ancho de una calle y 300 metros.
En más de 106 km de largo, el Muro estaba compuesto de placas de hormigón armado de 3,60 metros de alto emplazadas sobre un cilindro para evitar las escaladas.
El resto eran alambradas metálicas.
Siete regimientos de 1.000 a 1.200 soldados cada uno vigilaban desde 302 atalayas y 20 búnkeres situados cerca del Muro, custodiado por patrullas a lo largo de 124 km.
Los miradores distaban entre 250 y 300 metros del centro de la ciudad y estaban conectados entre sí por un camino de ronda.
Por la noche, con un sistema de alumbrado cada 30 metros, el Muro era el lugar mejor iluminado de todo Berlín, mientras la parte Este de la ciudad permanecía a oscuras.
Para disuadir a los candidatos a las fugas e impedir el paso de vehículos, había 127 detectores o alarmas a lo largo de 259 senderos para perros adiestrados y 105 km de fosos.
La "franja de la muerte" estaba constituida por un terreno que era rastreado para detectar huellas de pisadas.
En los últimos años se habían suprimido las instalaciones para tiros automáticos y doblado el muro con un nuevo recinto en el lado Este.
La demolición del Muro comenzó rápidamente después de la apertura de los primeros puestos fronterizos la noche del 9 de noviembre de 1989.
Los aficionados a los souvenirs se llevaron a casa un recuerdo a golpe de pico.
Una parte del Muro fue subastada en Mónaco en junio de 1990, y con el paso de los años se regalaron otras.
Los otros 1.400 km de la frontera interalemana no estaban jalonados por un Muro como en Berlín pero contaban con un dispositivo sofisticado para desanimar a los fugitivos, con alambradas de espino o electrónicas, y minas.
-AFP-
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