En el inicio del juicio en su contra por xenofobia, Sergi Xavier, quien atacó a una ecuatoriana en un metro de Barcelona el 2007, dijo que tuvo una difícil infancia.
Sergi Xavier M.M., un español de 21 años, pasaría inadvertido de no ser por la imagen en la que patea a una inmigrante ecuatoriana en un tren de Barcelona que lo lanzó a la fama mundial en el 2007, convirtiéndolo en el triste retrato de la xenofobia.
"Me doy asco a mi mismo", dijo hoy Sergi Xavier en el arranque del juicio en su contra por los delitos contra la integridad moral y lesiones con agravante de xenofobia en perjuicio de una menor ecuatoriana que en octubre del 2007 fue insultada, golpeada y finalmente pateada por el acusado, agresión captada por las cámaras de seguridad del tren.
Sin embargo, Xavier dice no recordar absolutamente nada de lo sucedido esa noche a causa del alcohol que ingirió en un bar y las drogas que consumió.
El joven solo respondió a las preguntas de su abogado y basó su defensa en la difícil infancia que vivió marcada por el abandono de su madre cuando era bebé y la violencia ejercida por su padre en casa. "Todo eran castigos y palizas", explicó el muchacho.
"Me arrepiento de lo que hice y nadie se merece lo que le hice", dijo el español que posee antecedentes por robo con violencia y por conducir ebrio y que tiene prohibido acercarse a su víctima, una menor de 15 años que sufre cuadros de ansiedad y estrés postraumático debido a la agresión.
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