Hasta ahora, la fiscalía consideraba como desaparecidos a los jóvenes aunque ya había apuntado que probablemente fueron masacrados.
La fiscalía mexicana aseguró por primera vez que tiene "certeza legal" de que los 43 estudiantes que desaparecieron en septiembre en Iguala (sur) fueron asesinados por sicarios del narcotráfico, pero sus padres advirtieron que no permitirán que se cierre el caso.
Los avances de la investigación nos dan la "certeza legal de que los normalistas (estudiantes) fueron muertos en las circunstancias descritas", dijo el fiscal general, Jesús Murillo Karam, responsable de investigar este crimen que conmocionó al país y la comunidad internacional.
Las declaraciones del casi centenar de detenidos y más de 400 peritajes permitieron "llegar, sin lugar a dudas, a concluir que los estudiantes fueron privados de la libertad, privados de la vida, incinerados y arrojados al río San Juan", afirmó Murillo Karam en conferencia.
"Es la verdad histórica", recalcó el fiscal, que presentó un video con testimonios de detenidos e imágenes de las pesquisas en el terreno.
Varios restos fueron encontrados en alrededores de Iguala (Guerrero, sur) y enviados a un laboratorio de Austria que sólo ha identificado a uno de los estudiantes por su alto grado de incineración.
Hasta ahora, la fiscalía consideraba como desaparecidos a los jóvenes aunque ya había apuntado que probablemente fueron masacrados.
"Los padres de familia repudiamos la forma en cómo hoy (martes) el procurador (fiscal general) pretende cerrar de manera descarada" la investigación, dijo más tarde en conferencia y postrado delante de una manta que decía "Vivos se los llevaron, vivos los queremos", Felipe de la Cruz, vocero de los familiares.
"No vamos a permitir que concluya o cierren las investigaciones", reiteró De la Cruz en presencia de activistas y varios de los desesperados padres, quienes se aferran a la idea de que sus hijos siguen con vida y sospechan que están en manos de las fuerzas de seguridad.
Los padres de familia encabezaron el lunes la última de varias marchas multitudinarias en la Ciudad de México.
La reconstrucción oficial indica que los estudiantes de Ayotzinapa (Guerrero) fueron baleados el 26 de septiembre por policías locales corruptos de Iguala, dónde recaudaron fondos para su escuela rural de magisterio.
Tras el ataque, que dejó seis muertos, 43 estudiantes sobrevivientes fueron entregados por policías a sicarios del cártel Guerreros Unidos, quienes los asesinaron en un basurero de la vecina Cocula, incineraron y arrojaron sus restos en un río, según la fiscalía.
El laboratorio de Austria aplicará una riesgosa técnica para analizar otros restos enviados por la fiscalía mexicana que podría consumarlos definitivamente.
ANDINA
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