En Alepo, ciudad siria devastada por los intensos combates entre el ejército y los rebeldes, Mohammad Mohiedine Anis, conocido por su apodo Abu Omar, es un coleccionista de 70 años que promete reparar sus autos ahora que las armas se han callado desde que el régimen de Bashar al Asad retomó en diciembre el control de la segunda urbe del país.
Llegó a tener 30 autos pero perdió 10, destruidos o robados durante la guerra. Trece están aparcados delante de su casa y en su jardín, otros siete, en el depósito, retirados por la policía porque obstaculizaban el paso. Ha coleccionado coches desde 1947, año en que compró un Plymouth. Su familia se fue por la violencia, pero él se quedó. Vive solo en el barrio de Al Shaar.
Mohammad, que estudió medicina en Zaragoza (España) y luego tradujo al árabe un manual de Fiat en Turín (Italia), regresó a su ciudad para abrir una fábrica de cosméticos y en particular de un pintalabios que bautizó "Mila Robinson". Pero su verdadera pasión son los coches de colección. La heredó de su padre, un rico colorista textil que conducía un Pontiac 1950 que Mohammad guarda con estima.