En total, los ataques aéreos y los combates cuerpo a cuerpo entre soldados y milicianos han dejado 36 muertos, entre ellos ocho menores y dos ancianos, según el Ministerio de Salud de la Autoridad Nacional Palestina, que gobierna partes cada vez más reducidas de Cisjordania.
El Ejército de Israel mantiene por noveno día consecutivo una potente incursión en el norte de Cisjordania ocupada que ha dejado al menos 36 muertos y una estela de destrucción, mientras en la devastada Franja de Gaza bombardeó este jueves dos puntos de la "zona humanitaria" causando cinco muertos.
Las localidades de Yenín, Tulkarem y Tubas, todas en el norte cisjordano y bastiones históricos de milicias palestinas, han sido el objetivo de una "operación antiterrorista" a gran escala de las tropas israelíes desde el 28 de agosto, cuando irrumpieron en la zona con numerosas tropas, tanques y buldóceres blindados e incluso drones explosivos.
En total, los ataques aéreos y los combates cuerpo a cuerpo entre soldados y milicianos han dejado 36 muertos, entre ellos ocho menores y dos ancianos, según el Ministerio de Salud de la Autoridad Nacional Palestina, que gobierna partes cada vez más reducidas de Cisjordania.
El Ejército aseguró a EFE que la incursión "sigue en curso", que los 36 muertos eran milicianos y que ha arrestado a otros 46. Además, asegura haber confiscado dos docenas de armas, destruido tres laboratorios de bombas y neutralizado docenas de explosivos.
La operación israelí también ha dejado unos 150 heridos y numerosas calles, casas, comercios e infraestructuras eléctricas destruidas, mientras los habitantes prácticamente no pueden salir de sus casas ante el terror de ser alcanzados por algún disparo.
Esta madrugada, cinco palestinos murieron cuando un dron israelí atacó el vehículo en el que se encontraban en el campamento de refugiados de Fará, en Tubas.
Entre las víctimas se encontraba Mohammed Zubeidi, líder de la brigada de Yenín -que aglutina milicianos de distintos movimientos- e hijo de Zakaria Zubeidi, un histórico líder de la resistencia que destacó durante la Segunda Intifada (2000-2005) e integraba las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa, parte del brazo armado de la formación secular Fatah.
Horas antes, también en Fará, las tropas israelíes mataron a tiros a un adolescente de 16 años y sacaron su cadáver del campo de refugiados con una excavadora, evitando que las ambulancias pudieran acceder a él, según la agencia oficial de noticias palestina, Wafa.
La Yihad Islámica Palestina y el grupo islamista Hamás -que libran una guerra contra Israel en la Franja de Gaza desde octubre del año pasado- condenaron la incursión israelí en Cisjordania y llamaron a los habitantes a "mantener su resistencia", en una zona que vive su peor pico de violencia en los últimos 20 años.
El ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, dijo el miércoles que sus uniformados están "cortando el césped" en Cisjordania, pero que eventualmente se necesitará "arrancar las raíces", haciendo referencia a la operación militar que, según la prensa israelí, es llamada "Campamentos de verano".
Desde el arranque de la incursión hace nueve días, 19 palestinos han muerto en Yenín, 10 en Tubas y 7 en Tulkarem.
Estas muertes elevan a más de 330 el número de palestinos que han perdido la vida en Cisjordania en lo que va de 2024, la mayoría milicianos o atacantes, pero también civiles.
"Zona humanitaria" de Gaza bajo fuego
Mientras tanto, Israel no cesa sus ataques por aire, tierra y mar contra la devastada Franja de Gaza, donde sólo en las últimas 24 horas murieron al menos 17 palestinos y otros 50 resultaron heridos, según el Ministerio de Sanidad gazatí, controlado por Hamás.
Con estas víctimas, la cifra total de muertos desde que estalló la guerra hace casi 11 meses supera los 40 878, la mayoría mujeres y niños, mientras que los heridos suman al menos 94 454.
A esto se suman unos 10 000 desaparecidos bajo los escombros y 1,9 millones de desplazados (casi el total de la población gazatí) en medio de una crisis humanitaria sin precedentes por la destrucción generalizada, el colapso de los hospitales, el brote de epidemias y la escasez de agua potable, alimentos, medicinas y electricidad.
Esta madrugada, el Ejército israelí bombardeó dos puntos de la "zona humanitaria" que había designado para los desplazados.
El ataque en la zona de Mawasi (sur) dejó un muerto y diez heridos; mientras que el bombardeo en el área de Deir al Balah (centro), ocurrido muy cerca del Hospital de los Mártires de Al Aqsa, refugio para numerosos desplazados, dejó otros cuatro muertos y un número indeterminado de lesionados.
(Con información de EFE)
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