La revista británica The Economist presentó su más reciente Índice de Democracia. El estudio revela una preocupante tendencia global de estancamiento o retroceso democrático. ¿Cuál es el panorama en América Latina?Los detalles en el siguiente informe.
La última edición del Índice de Democracia, publicado por la revista británica The Economist, evidencia una preocupante tendencia de estancamiento y retroceso democrático en América Latina.
El informe señala que la calidad de la democracia en la región se deterioró en el último año. Brasil y Colombia son los países -además de Jamaica, en el Caribe- que registraron los mayores retrocesos, mientras que Paraguay pasó de ser considera una "democracia defectuosa" a "régimen híbrido", un sistema que mezcla rasgos democráticos y autoritarios, según el estudio.
¿Qué aspectos explican esta tendencia en la región? El profesor de Política y Derecho Internacional, Francisco Belaunde, responde.
"Los factores para que el apoyo a la democracia esté disminuyendo tiene que ver con que se ve que los problemas no se solucionan, sobre todo, después de la pandemia. La situación económica ha empeorado, incluso en países donde se estaba reduciendo, como en el caso del Perú; y el tema de inseguridad. Siempre que hay problemas de inseguridad, evidentemente, lo que busca finalmente es un gobierno autoritario", señala.
El estudio, que analiza el estado y funcionamiento de la democracia en 167 países, muestra un ligero afianzamiento de los regímenes autoritarios en los últimos años. Al 2024, 60 territorios estaban incluidos en esta categoría, ocho más que hace una década.
"Ya son varios países africanos donde los militares han tomado el poder y no se preocupan en decir si van a haber elecciones o no, o lo dicen de manera muy vaga. Y en otros países, también donde hay gobiernos elegidos, se ve que también hay tendencias autoritarias, e incluso Estados Unidos", comenta Belaúnde.
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Panorama en América Latina
El internacionalista Ramiro Escobar considera el deterioro de la calidad de la democracia en América Latina, que reporta el estudio de The Economist, responde al factor de desigualdad que viven las sociedades.
"Cuando hay desigualdad, las sociedades se vuelven disfuncionales. Si no hay equidad, si no hay mínimo respeto a los derechos, un mínimo acceso a servicios públicos, o crecen problemas como el crimen organizado, entonces, las sociedades buscan soluciones desesperadas. Ese es el caso de El Salvador, por ejemplo, el presidente [Nayib] Bukele ha manejado, basándonos en sus antecesores, el problema de la criminalidad, pero lo ha hecho a un costo alto, atropellando derechos", precisa.
El retroceso de la democracia en el mundo respondería a la aparición de gobiernos extremistas o con tendencias en diversos países, incluso en la región, sostiene Escobar.
"No es casual que, por ejemplo, Donald Trump se entienda con Vladimir Putin, que también es un gobernante autoritario. Pareciera que no importa tanto el signo político, sino la forma de conducirse políticamente", agrega.
El estudio de The Economist considera a Perú como régimen híbrido, un sistema que -según el informe- mezcla rasgos democráticos y autoritarios. Según la evaluación correspondiente al 2024, Perú bajó un puesto en el ranking global, ubicándose en la posición 78. El informe también advierte un retroceso en el indicador de cultura política. En 2024, Perú obtuvo una calificación de 2.50, respecto al puntaje de 3.13 que recibió en el 2023. En esta misma categoría se encuentran Ecuador, Honduras y El Salvador. Argentina, en cambio, es vista como una democracia defectuosa, y solo Costa Rica y Uruguay son democracia plenas.
¿Es posible revertir esta situación?
Mejorar este panorama requiere que las autoridades elegidas por la ciudadanía aseguren el buen funcionamiento de la democracia, considera Francisco Belaunde.
"La medida para revertir esta situación es que la democracia efectivamente logre responder al pedido de las grandes mayorías, en particular, en temas económicos y el tema de la inseguridad. Si tenemos democracias que además tienen problemas de corrupción, eso va a ser muy difícil que se produzca", opina.
Otro aspecto a tener en cuenta es la necesidad de combatir las fake news o noticias falsas que se difunden en las redes sociales, comenta Belaunde.
Por su parte, Ramiro Escobar resalta la necesidad de que se impulse educación con valores democráticos desde la infancia y se promueva en los colegios, universidades y los hogares.
"Si nosotros estuviéramos acostumbrados desde pequeños, como ocurre en Costa Rica o en Uruguay, donde son los países que tienen mayores estándares democráticos, a no aceptar ciertas cosas y promover otras, entonces, no elegiríamos ese tipo de ordenantes y no tendríamos los problemas que tenemos. Las sociedades serían un poco más funcionales", sostiene.
La democracia en América Latina atraviesa un momento crítico, y su fortalecimiento depende de una institucionalizada sólida y una sociedad unida.
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