El ´pequeño´ vino al mundo producto de una madre diabética, dependiente de insulina, una patología que al parecer fue la causante de su extraordinario tamaño.
Un bebé que pesó 5,8 kilos nació por cesárea el pasado sábado de una madre diabética en un hospital de Baja California Sur, noroeste de México, informaron a Efe fuentes del hospital donde el parto fue atendido.
En entrevista telefónica el doctor Andrés Flores, subdirector del Hospital General de Cabo San Lucas, explicó que la madre, María del Pilar Arce Sepúlveda, se encuentra bien de salud así como el pequeño, el mayor de los nacidos hasta el momento en ese centro médico.
"El bebé nació este sábado producto de una madre diabética, dependiente de insulina", una patología que al parecer fue la causante del extraordinario tamaño del pequeño, pues posibilitó un mayor crecimiento del bebé en la placenta.
Flores explicó que desde hace semanas se sabía que el bebé iba a ser grande, por lo que se tomaron precauciones y atenciones que culminaron en la decisión de sacarlo por cesárea a las 38 semanas de embarazo.
"En las madres diabéticas el bebé puede morir dentro de la matriz", advirtió Flores, quien detalló que madre e hijo siguen hospitalizados pero con buena de salud.
El "pequeño" está recibiendo ya leche materna para su alimentación y se vigila su evolución a fin de evitar o remediar posibles cuadros de hipoglucemia que puedan aparecer.
En el alumbramiento participó el equipo habitual de atención a partos del hospital de Cabo San Lucas, que tuvo un parto sin contratiempos, concluyó Flores.
EFE
En entrevista telefónica el doctor Andrés Flores, subdirector del Hospital General de Cabo San Lucas, explicó que la madre, María del Pilar Arce Sepúlveda, se encuentra bien de salud así como el pequeño, el mayor de los nacidos hasta el momento en ese centro médico.
"El bebé nació este sábado producto de una madre diabética, dependiente de insulina", una patología que al parecer fue la causante del extraordinario tamaño del pequeño, pues posibilitó un mayor crecimiento del bebé en la placenta.
Flores explicó que desde hace semanas se sabía que el bebé iba a ser grande, por lo que se tomaron precauciones y atenciones que culminaron en la decisión de sacarlo por cesárea a las 38 semanas de embarazo.
"En las madres diabéticas el bebé puede morir dentro de la matriz", advirtió Flores, quien detalló que madre e hijo siguen hospitalizados pero con buena de salud.
El "pequeño" está recibiendo ya leche materna para su alimentación y se vigila su evolución a fin de evitar o remediar posibles cuadros de hipoglucemia que puedan aparecer.
En el alumbramiento participó el equipo habitual de atención a partos del hospital de Cabo San Lucas, que tuvo un parto sin contratiempos, concluyó Flores.
EFE
Comparte esta noticia