Benedicto XVI cree que, también la bioética, como muchas otras disciplinas, necesita garantizar una "coherente lectura" de las cuestiones éticas.
El Papa Benedicto XVI pidió hoy que no se someta el derecho inalienable a la vida a las leyes arbitrarias del más fuerte, ya que, según él, la Historia ha demostrado cuán "peligroso y deletéreo" puede ser un Estado que legisle sobre cuestiones que afectan a la persona y la sociedad.
En un discurso ante representantes de la XVI Asamblea General de la Academia Pontificia para la Vida, a los que hoy recibió en audiencia en el Vaticano, el Pontífice apostó por conjugar "bioética y ley moral natural" para analizar las necesidades que la vida del ser humano tiene desde su principio hasta su fin.
"En el contexto actual, a pesar de que emerge siempre con mayor insistencia la justa llamada a los derechos que garantizan la dignidad de la personas, se nota que no siempre tales derechos se reconocen a la vida humana en su natural desarrollo y en las fases de mayor debilidad", dijo Benedicto XVI, en un discurso facilitado por la Santa Sede.
"Una contradicción similar evidencia el compromiso que tiene que asumirse en los distintos ámbitos de la sociedad y de la cultura para que la vida humana sea reconocida siempre como sujeto inalienable de derecho y nunca como objeto sometido al arbitrio del más fuerte", añadió.
Según el Papa, "la Historia ha demostrado cuán peligroso y deletéreo puede ser un Estado que proceda a legislar sobre cuestiones que afectan a la persona y la sociedad, pretendiendo ser él mismo fuente y principio de la ética".
El Pontífice cree que existe el riesgo de una "deriva relativista a nivel legislativo" si no se tienen en cuenta los principios universales que permiten verificar un "denominador común" en esta materia para toda la humanidad.
Benedicto XVI cree que, también la bioética, como muchas otras disciplinas, necesita garantizar una "coherente lectura" de las cuestiones éticas.
"Es necesario, por tanto, repetir con firmeza que no existe una comprensión de la dignidad humana vinculada sólo a elementos externos como el progreso de la ciencia, el avance en la formación de la vida humana o la piedad fácil ante situaciones límite", dijo el Papa.
-EFE
En un discurso ante representantes de la XVI Asamblea General de la Academia Pontificia para la Vida, a los que hoy recibió en audiencia en el Vaticano, el Pontífice apostó por conjugar "bioética y ley moral natural" para analizar las necesidades que la vida del ser humano tiene desde su principio hasta su fin.
"En el contexto actual, a pesar de que emerge siempre con mayor insistencia la justa llamada a los derechos que garantizan la dignidad de la personas, se nota que no siempre tales derechos se reconocen a la vida humana en su natural desarrollo y en las fases de mayor debilidad", dijo Benedicto XVI, en un discurso facilitado por la Santa Sede.
"Una contradicción similar evidencia el compromiso que tiene que asumirse en los distintos ámbitos de la sociedad y de la cultura para que la vida humana sea reconocida siempre como sujeto inalienable de derecho y nunca como objeto sometido al arbitrio del más fuerte", añadió.
Según el Papa, "la Historia ha demostrado cuán peligroso y deletéreo puede ser un Estado que proceda a legislar sobre cuestiones que afectan a la persona y la sociedad, pretendiendo ser él mismo fuente y principio de la ética".
El Pontífice cree que existe el riesgo de una "deriva relativista a nivel legislativo" si no se tienen en cuenta los principios universales que permiten verificar un "denominador común" en esta materia para toda la humanidad.
Benedicto XVI cree que, también la bioética, como muchas otras disciplinas, necesita garantizar una "coherente lectura" de las cuestiones éticas.
"Es necesario, por tanto, repetir con firmeza que no existe una comprensión de la dignidad humana vinculada sólo a elementos externos como el progreso de la ciencia, el avance en la formación de la vida humana o la piedad fácil ante situaciones límite", dijo el Papa.
-EFE
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