"Francia está en guerra contra el terrorismo, los yihadistas, el radicalismo, pero no contra una religión", dijo el primer ministro de Francia, Manuel Valls.
El primer ministro de Francia, Manuel Valls, declaró que su Gobierno se dispone a adoptar medidas "excepcionales" en su lucha contra el terrorismo, pero no "de excepción" que cuestionen el Estado de derecho.
"Una situación excepcional debe ser seguida de medidas excepcionales, pero digo con la misma fuerza que nunca de medidas de excepción que contravengan el principio del derecho y de los valores", indicó ante la Asamblea Nacional en una sesión de homenaje a las 17 víctimas de los atentados yihadistas de la semana pasada.
El jefe del Gobierno indicó que ha pedido a los representantes de Interior, Justicia y Defensa que en los próximos ocho días le entreguen sus respectivas propuestas, e instó a actuar con determinación y sangre fría, pero sin precipitación.
Valls apuntó a la necesidad de poner en marcha un nuevo "fichero" de personas condenadas por terrorismo o miembros de grupos de combate que les obligue a declarar su domicilio o estar sometidos a controles.
El primer ministro anunció también que de aquí a finales de año se ampliará al resto del país un programa piloto que comenzará a aplicarse esta semana en dos prisiones de la región parisina, que agrupa y aisla del resto de reclusos en la misma ala de una prisión a detenidos radicalizados.
El jefe del Ejecutivo galo aspira además a que el próximo proyecto de ley refuerce los servicios encargados de la información interior y jurisdicción antiterrorista y la vigilancia de internet y las redes sociales, usadas "más que nunca por los yihadistas".
Valls indicó igualmente que en septiembre de este año estará operativo en Francia su propio registro de datos de pasajeros de aerolíneas (PNR), herramienta bloqueada en el trámite parlamentario europeo, e instó a la UE a instaurar sin demora este dispositivo.
"Francia está en guerra contra el terrorismo, los yihadistas, el radicalismo, pero no contra una religión", apuntó en una intervención de tres cuartos de hora clausurada can los aplausos de los parlamentarios.
EFE
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