Durante su discurso en Marruecos, el Santo Padre dijo que le preocupa la suerte de las personas que dejan sus países.
El Papa Francisco dijo en su primer discurso de su visita a Marruecos que el fenómeno de la inmigración no se resuelve construyendo barreras o negando la asistencia y abogó por buscar los medios para erradicar las causas que obligan a estas personas a dejar sus países.
En la explanada de la Torre Hassan, tras escuchar al rey Mohamed VI, el Papa afirmó que la llegada de estas personas que huyen "nunca encontrará una solución en la construcción de barreras, en la difusión del miedo al otro o en la negación de asistencia a cuantos aspiran a una legítima mejora para sí mismos y para sus familias".
"Vosotros sabéis cuánto me preocupa la suerte, a menudo terrible, de estas personas que en gran parte no dejarían sus países si no estuvieran obligadas a hacerlo", dijo. Recordó que el pasado diciembre se celebró la conferencia para un Pacto mundial para una migración segura, ordenada y regular y se aprobó un documento, pero que "queda mucho por hacer".
Pues, insistió, "es necesario pasar de los compromisos contraídos con ese documento" a un "cambio de disposición hacia los migrantes, que los afirme como personas, no como números, que reconozca sus derechos y su dignidad en los hechos y en las decisiones políticas".
Pero sobre todo que "la grave crisis migratoria que se está viviendo" es una "llamada urgente para que todos busquemos los medios concretos para erradicar las causas que obligan a tantas personas a dejar su país, su familia y a encontrarse fuertemente marginadas, rechazadas".
Instó a Marruecos, en el que actualmente hay 80.000 inmigrantes subsaharianos, según datos de Naciones Unidas, y muchos de ellos viviendo en campos de refugiados tras su intento de llegar a España, a seguir siendo "un ejemplo de humanidad para los migrantes y los refugiados".
(Con información de EFE)
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