Alaa Salah, de 22 años, se ha convertido en el símbolo del movimiento que ha provocado la destitución de Omar al Bashir tras 30 años en el poder. Pero ella va por más. "Bashir era tan sólo el rostro del régimen, queremos que caiga todo el régimen" dice.
A sus 22 años, Alaa Salah se ha convertido en un símbolo de la revuelta de Sudán que ha provocado la destitución del presidente Omar al Bashir. Como miles de personas seguirá manifestándose hasta que se instaure un gobierno civil, declaró en una entrevista a la agencia AFP.
Las imágenes de esta estudiante de arquitectura e ingeniería de Jartum cantando de pie subida a un coche y rodeada de una muchedumbre de manifestantes dieron la vuelta al mundo, convirtiéndola en un ícono de este movimiento de protesta iniciado hace más de cuatro meses.
Se ganó el apodo de "Kandaka" o "la reina nubia", en referencia a las soberanas que marcaron la historia de la región en la antigüedad. Cada noche, Alaa Salah se une a los manifestantes congregados delante del cuartel general del ejército en la capital sudanesa y entona cánticos que piden el cambio. Miles de personas los corean.
"Nos quedaremos hasta que ellos satisfagan todas nuestras reivindicaciones", declaró a la AFP en Jartum. "Queremos un gobierno civil y democrático y que se procese a todas las personalidades corruptas del antiguo régimen", añade.
Bajo la presión de los manifestantes, el presidente Omar al Bashir fue destituido el 11 de abril por los militares después de casi 30 años en el poder.
El Consejo Militar de Transición que lo sucedió ha resistido hasta ahora a los llamamientos de los manifestantes que acampan noche y día delante de la sede de las fuerzas armadas desde el 6 de abril para reclamar que ceda el poder a un gobierno civil.
"Bashir era tan sólo el rostro del régimen, queremos que caiga todo el régimen" dice. "No queremos palabras, sino actos", agrega.
"Ciudadana normal"
Desde la caída de Al Bashir, los retratos de "la reina nubia" empapelan Jartum. En el video que la hizo famosa, Salah está vestida de blanco, sus pendientes dorados reflejan las luces de la marea de teléfonos móviles que la rodean.
Esta vestimenta tradicional es una forma de recalcar el papel de las mujeres en el movimiento, explica a la AFP. Y de "apoyar la revolución". Delante de la muchedumbre entonó una canción basada en un poema sudanés muy conocido ("una bala no mata, lo que mata es el silencio del pueblo").
La revuelta comenzó el 19 de diciembre en protesta contra la decisión gubernamental de triplicar el precio del pan, pero pronto se convirtió en una protesta contra Al Bashir.
Ha sido liderada por la Alianza por la Libertad y el Cambio (ALC), que reagrupa a los principales grupos del movimiento de protesta y utiliza internet para convocar a los manifestantes.
"Soy una de los que se echaron a la calle basándose en el programa anunciado por la ALC", dice Salah. La estudiante también estaba en las concentraciones en su campus universitario cuando las autoridades reprimieron las manifestaciones.
AFP.
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