En un mensaje televisado al pueblo japonés, Akihito expresó su deseo de abdicar debido a su debilitado estado de salud. El problema es que la ley nipona no permite la sucesión en vida.
El emperador Akihito de Japón expresóeste lunes, en un mensaje televisado sin precedentes, su deseo de abdicar debido a su edad avanzada y a su frágil estado de salud, lo que hace requeriría una reforma de la ley nipona que no contempla la sucesión en vida.
No se siente en plenitud. Durante su intervención que duró unos diez minutos, Akihito, de 82 años, dijo que padece muchas limitaciones y que ha sentido un declive en su estado físico tras ser intervenido quirúrgicamente en dos ocasiones, por lo que le será difícil "seguir asumiendo responsabilidades importantes". Eso sí, el monarca evitó referirse de forma directa a su abdicación o a cuándo esta tendría lugar, puesto que esa mención podría haber sido considerada como una vulneración de las limitadas funciones que le asigna la Carta Magna nipona.
Se sobreentiende su deseo de abdicar. Pese a la ambiguedad de su discurso, se sobreentiende claramente su intención de abandonar el cargo, tal y como adelantaron los medios nipones hace casi dos meses. "En los últimos años he reflexionado sobre mi papel como Emperador y he contemplado mis funciones y deberes de cara al futuro (...) Me preocupa que pueda hacerse difícil para mí desempeñar mis responsabilidades como símbolo del Estado, tal y como he venido haciendo hasta ahora con todas mis energías", dijo Akihito.
¿Cómo se podría dar su abdicación? Para que Akihito pueda renunciar a su cargo y este recaiga automáticamente en el Príncipe Heredero Naruhito, de 56 años, será necesario modificar la normativa que rige a la Casa Imperial nipona desde 1947 y que no contempla la sucesión en vida. El primer ministro de Japón, Shinzo Abe, ya ha dicho que el Ejecutivo estudiará "de manera cuidadosa qué hacer para afrontar el declive de la salud del emperador y el efecto que tendrá en el peso de su cargo". Por otro lado, las encuestas revelan que entre un 80 y 90% de los japoneses entenderían una eventual abdicación de Akihito por motivos de salud.
¿Podría haber una emperadora? El proceso legislativo que se avecina para facilitar la sucesión del monarca también podría reabrir el debate público sobre otras posibles modificaciones, como permitir el acceso de mujeres al Trono de Crisantemo, una cuestión abordada anteriormente y que no llegó a salir adelante.
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