Desde que China presentó su plan de inversión en infraestructura marítima hace más de una década, ha duplicado su presencia en puertos de todo el mundo, superando ya el centenar de proyectos a escala global. Para Estados Unidos estos proyectos apuntan a objetivos que van más allá de lo comercial.
China, el mayor exportador del mundo, transporta el 95 % de sus mercancías por agua, y desde que presentó su plan de inversión en infraestructura marítima hace más de una década, ha duplicado su presencia en puertos de todo el mundo, superando ya el centenar de proyectos a escala global.
Si bien en los años más recientes, el ritmo de inversión se ha ralentizado a medida que lo hacía también el crecimiento económico nacional, China tenía presencia en 101 puertos (92 de ellos, proyectos activos) en todos los continentes en septiembre de 2023, según datos del laboratorio de ideas estadounidense Council on Foreign Relations (CFR).
En 13 de ellos, la participación china era del 50 % o superior, como por ejemplo en la terminal de CSP Spain -filial del gigante estatal Cosco- en el puerto de Valencia. También tiene una presencia destacada en El Pireo (Grecia), Newcastle (Australia, el mayor del mundo para carbón) o Hambantota (Sri Lanka).
Precisamente el caso de ese puerto esrilanqués es uno de los ejemplos que esgrimen quienes critican la estrategia de inversión china, ya que fue arrendado al gigante asiático cuando el país insular no pudo cumplir con los acuerdos de préstamo con el Banco de Exportaciones e Importaciones de China, convirtiéndose en una de las caras visibles de las acusaciones de 'trampa de deuda' contra Pekín.
Los puertos también han proporcionado influencia política a China en África, y han generado polémicas internas en países como Alemania, donde Cosco se hizo hace un año con el 24,99 % de una de las terminales en Hamburgo, operación avalada por el canciller socialdemócrata, Olaf Scholz, en contra de los ministros pertenecientes a verdes y liberales, sus socios de coalición.
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Presencia creciente en Latinoamérica
En 2023, el comercio entre China y Latinoamérica rompió su récord al superar los 480.000 millones de dólares. Y el interés chino en la región no se limita únicamente a la compraventa de bienes, como muestra su presencia en puertos de la región, donde destacan dos en concreto: Chancay (Perú) y Paranaguá (Brasil).
La terminal peruana aglutina una inversión de 3.500 millones de dólares gestionada por Cosco, y se espera que, tras entrar en funcionamiento a mediados de este año, se convierta en un importante centro logístico no solo para la exportación de minerales peruanos sino para toda Sudamérica.
En 2018, el grupo China Merchants Port se hizo con el 90 % de la compañía administradora de Paranaguá por unos 925 millones de dólares, reduciendo dos años después su participación al 67,5 % tras vender esa parte a dos fondos de cooperación también chinos.
Las inversiones estratégicas en la región también sitúan la influencia de China en México (puertos de Veracruz o Tuxpan), Panamá (Balboa), Ecuador (Posorja) o Chile (San Antonio).
Un caso destacado es el de Argentina, donde China Shaanxi Chemical Industry Group firmó un acuerdo para construir un puerto multipropósito en Río Grande (Tierra del Fuego), que ha suscitado interés por sus posibles implicaciones militares dada su ubicación estratégica de cara a la región antártica.
¿Uso militar?
Y es que las inversiones de China en puertos han generado preocupación en Estados Unidos en el marco de las crecientes tensiones geopolíticas entre Washington y Pekín, con los medios del país norteamericando apuntando a posibles fines que van más allá de lo comercial para estas infraestucturas: apoyo logístico, recopilación de inteligencia o incluso como futuras bases militares.
Según CFR, una decena de los proyectos con participación mayoritaria china tendrían un "potencial físico" para ser usado por buques de guerra. Hasta ahora, Pekín solo cuenta con una base de apoyo naval en el extranjero, abierta en 2017 en la pequeña nación de Yibuti, en el cuerno de África.
La prensa oficial de China asegura que estas denuncias son "especulaciones infundadas" y defiende que el rápido crecimiento de las inversiones del país en puertos en el extranjero son "un resultado natural del creciente comercio con los mercados internacionales".
En un largo artículo publicado en agosto del año pasado, la agencia estatal de noticias Xinhua esgrimía que estos puertos "han cosechado considerables ingresos para los gobiernos locales, impulsado el desarrollo económico y la construcción de infraestructura y aumentado el empleo".
En respuesta al diario The Wall Street Journal, que aseguró que buques militares chinos habían efectuado paradas diplomáticas o de repostaje en un tercio de los puertos donde firmas del país asiático contaban con inversiones, un académico citado por Xinhua aseguró que "no hay nada malo en que China invierta en puertos extranjeros para operaciones no bélicas en tiempos de paz".
(Con información de EFE)
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