La mujer se sometió a un tratamiento de fertilización in vitro para tener un hijo más. Ya no ovula hace dos décadas. Considera un milagro su embarazo.
A Lina Álvarez no le cabe la felicidad en el pecho. La mujer tiene 62 años, un hijo con parálisis cerebral y otro que ya cumplió 10 años. Trabaja como doctora en una clínica de España y la noticia de su embarazo ha asombrado a sus colegas, incluso a aquellos que no recomendaron que siga el tratamiento de fertilización in vitro al que se sometió.
Historia de vida. "Estoy muy feliz, me siento físicamente mucho mejor que cuando no estaba embarazada. Me siento como una (mujer) de 30. Mejor imposible", ha comentado la médico de profesión al diario La voz de Galicia. A los 52 años tuvo a su segundo hijo, había dejado de ovular hace 10, pero no tuvo problemas y nació sano. Ve crecer ahora a Samuel con esperanza.
Negligencia. Sin embargo, Lina ha sufrido más de la cuenta con su primer hijo al que llama cariñosamente 'Chiquito', que ahora tiene 27 años y que presenta daños cerebrales severos porque le practicaron mal una amniocentesis, la prueba en la que se extrae una muestra del líquido amniótico que cubre al feto para analizarla. Esto no le quitó las ganas de volver a ser madre pese a que gastó todo lo que tenía en abogados y trámites por la denuncia de negligencia médica.
Recompensa. "Es una recompensa (el hijo que ahora espera) por todo lo que pasé como madre soltera. Cuando tuve mi hijo con 52 años me criticaron, pero soy una madre más, no tengo conflicto generacional con mis hijos, estoy abierta a una vida sana", ha dicho.
Especialistas. Cuando tomó la decisión de tener un niño, contactó por internet a un especialista en Madrid y se hizo diferentes exámenes para evaluar la capacidad de respuesta de su organismo ante el embarazo. "Al final tuve suerte", comentó aliviada Álvarez al portal ABC. "Mi embarazo es totalmente natural, no tomo ninguna medicación. Creo que no es solo mérito de la ciencia sino de la naturaleza humana, que es perfecta", dijo.
Preparativos. Ya tiene lista la cunita para cuando la pequeña nazca en octubre como se tiene previsto. La ilusión y sus tres hijos son el motor de vida de Lina. "¡Mi niña, tan esperada, tan deseada, no se pueden imaginar cómo estoy ahora!", exclama emocionada.


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