David Turpin y Louise Turpin fueron arrestados en enero de 2018 tras una denuncia de una de sus hijas, que logró escapar y llamar a la policía. Se habían declarado culpables de 14 cargos criminales, incluidos abuso y tortura contra 12 de sus 13 hijos.
Los padres de la "casa del horror" en California pasarán el resto de sus vidas en prisión tras declararse este viernes culpables de 14 cargos criminales, incluidos abuso y tortura contra 12 de sus 13 hijos.
David Turpin, de 57 años, y Louise Turpin, de 50, fueron arrestados en enero de 2018 tras una denuncia de una de sus hijas, que logró escapar y llamar a la policía.
La fiscalía del condado de Riverside informó este viernes que los Turpin fueron imputados cada uno con 14 cargos de tortura, confinamiento y abuso infantil a a 12 de sus 13 hijos biológicos, con edades entre tres y 30 años.
La pareja los golpeó y estranguló, además de mantenerlos desnutridos, de permitirles una ducha al año y nunca llevarlos al médico. Las autoridades consideraron que la menor de todos, una bebé, no fue maltratada.
Se declararon culpables este viernes ante el juez Bernard Schwartz, en el condado de Riverside, y el 19 de abril está prevista su audiencia de sentencia.
El fiscal del condado, Michael Hestrin, dijo que en virtud de la declaración de culpabilidad serán sentenciados al "máximo que pueden recibir bajo la ley de California", que es cadena perpetua, con derecho a audiencia para libertad condicional en 25 años.
"Este es uno de los más graves, de los peores casos de maltrato infantil que he visto en mi carrera como fiscal", señaló Hestrin en una rueda de prensa en la que anunció la decisión de los acusados.
Hestrin dijo que su despacho buscó esta declaración para evitar que los hijos de los Turpin tuvieran que declarar en la corte.
"Decidimos que las víctimas han soportado suficiente tortura y abuso. Me reuní personalmente con ellas y, con toda seguridad, todos se sienten aliviados al saber que este caso se ha resuelto", dijo el fiscal.
"Me cautivó mucho su optimismo, su esperanza en el futuro. Tienen ganas de vivir y grandes sonrisas". Los 13 hermanos están al cuidado de los servicios de protección de niños y adultos del condado.
Dos años para escapar
La familia vivía en una casa acomodada en la ciudad de Perris, condado de Riverside, al sureste de Los Ángeles. Los vecinos dijeron no tener idea de lo que allí ocurría.
Jordan Turpin, entonces con 17 años, escapó por una ventana y con un celular desactivado pudo llamar a los servicios de emergencia. Había planificado esta operación durante dos años.
En la llamada, indicó que sus dos hermanas más pequeñas "estaban encadenadas a sus camas" por violar las reglas de la casa al tomar caramelos de la cocina sin permiso.
"A veces mis hermanas se despiertan y comienzan a llorar" por el dolor. "Llamo para que ayuden a mis hermanas", dijo entonces la joven que declaró tener una educación equivalente al primer grado y mostró problemas incluso para deletrear su apellido.
Leyendo un sobre, no podía distinguir entre el número de la casa y el código postal de su residencia.
Abusos permanentes
El oficial del sheriff Manuel Campos, que respondió al llamado de emergencia, declaró ante la corte en enero que la joven, que sonaba y parecía más una niña, tenía los cabellos y la piel muy sucios y que le admitió que estaba "muerta de miedo".
Según la fiscalía, todos los niños fueron sometidos a un "abuso prolongado".
El investigador de la fiscalía, Wade Walsvick, testificó que uno de los hijos, Joshua Turpin, le aseguró que él y sus hermanos eran encerrados en jaulas como castigo, que recibieron golpes en la cara, empujones, y eran empujados y arrastrados por la habitación.
No está claro aún por qué la pareja Turpin, que se mudó de Texas a California en 2010, maltrató así a sus hijos, que tras ser rescatados fueron hospitalizados y puestos en tratamiento físico y psicológico.
(Información de AFP)
Comparte esta noticia