El mandatario estadounidense indicó que mantuvo “una gran conversación” con su par brasileño respecto de las sanciones que impuso su administración contra Brasil. Este acercamiento se da luego de que ambos presidentes tuvieran varias llamadas telefónicas, así como un encuentro cordial en Malasia.
El presidente estadounidense, Donald Trump, anunció este martes haber mantenido una nueva conversación telefónica con su homólogo brasileño, Luiz Inácio Lula Da Silva, que calificó de "muy buena" y en la que según el republicano ambos departieron sobre "comercio" y sanciones.
"Tuvimos una gran conversación. Hablamos de comercio. Hablamos de sanciones, porque, como saben, las sancioné en relación con ciertas cosas que sucedieron", explicó Trump al ser preguntado sobre el tema al término de un acto en la Casa Blanca.
El mandatario neoyorquino se refirió así a los aranceles adicionales del 40 % que Washington activó en verano para los productos importados desde Brasil en represalia por el procesamiento criminal contra su aliado político, el expresidente brasileño Jair Bolsonaro, condenado en septiembre a 27 años de prisión por tratar de dar un golpe de estado tras la victoria electoral de Lula.
Trump firmó a final de noviembre una orden ejecutiva para retirar esos gravámenes adicionales a ciertos productos de Brasil, como la carne bovina, vegetales, café y cacao, después de haber negociado con el propio Lula.
"Tuvimos una muy buena conversación. Él es muy bueno, me cae bien. Tuvimos algunas buenas reuniones, como saben, pero hoy tuvimos una muy buena conversación", explicó Trump sin añadir nada sobre la posibilidad de una próxima reunión con su homólogo brasileño.
No descarta reunión
El reciente acercamiento entre ambos llega después de que Trump y Lula mantuvieran varias llamadas telefónicas y un encuentro cordial en Malasia a finales de octubre.
Trump, que ha asegurado que se reunirá pronto con Lula, redujo los aranceles a Brasil después de que el duro revés electoral republicano en varias elecciones importantes en EE.UU. a principios de noviembre hayan redoblado la preocupación de la Casa Blanca sobre la inflación en el país, que se ve impulsada por los aranceles, y el alto costo de vida.