Kaleb realizó una serie de actividades, como recolectar botellas y barrer las entradas de los vecino, para ayudar a la familia de su amigo con los gastos funerarios.
Una amistad que va más allá de la muerte. Eso es lo que mostró la historia de Kaleb y Kenneth Gross Jr (KJ), dos amigos que desde los cinco años compartieron momentos de su vida por sus gustos similares y sus personalidades tan introvertidas que mostraban en sus casas y también por las calles de Greenfield Village, un pueblo del estado de Michigan (Estados Unidos).
Esta amistad, contada en el diario The New York Times, se veía interrumpida por instantes debido a la salud de KJ, quien desde pequeño fue muy enfermizo y que a su corta edad había sido sometido a dos trasplantes de médula ósea a causa de la leucemia que lo aquejaba. Según su amigo, eso no le importaba.
Esta situación se agravó a inicios del 2018, luego del cumpleaños de KJ cuando fue internado en el hospital local debido a un problema en su salud, por lo que se necesitaba un trasplante de corazón.
Debido a que estaba en este hospital y los equipos médicos le impedían hablar, los médicos pidieron la presencia de su mejor amigo, quien cada martes llegaba a verlo y jugar videojuegos o pintar, mientras se esperaba un corazón adecuado.
Lamentablemente, la salud de KJ se complicó, ocasionando que el 1 de mayo fuera desconectado del soporte que lo mantenía con vida. Cuando eso sucedía su amigo se preparaba para ir a buscarlo, pero su madre sabía lo que pasaba. Ya en el hospital, ambos amigos se vieron sin decirse nada.
KJ murió ese mismo día y su partida no solo agobió a su madre, sino que el hecho de haber realizado gastos en el hospital y no contar con un trabajo, le había impedido comprar una lápida para su hijo, hecho del que se enteró Kaleb por medio de su madre.
Ella buscó recaudar fondos a través de PayPal, pero Kaleb no quiso quedarse parado sin hacer nada, así que emprendió por su lado buscar el dinero para la compra realizando una serie de actividades, entre ellos estuvo recolectar botellas y barrer las entradas de los vecinos.
Luego de conocerse esta historia, y su difusión en los medios locales, se logró reunir por medio de las donaciones más de tres mil 300 contribuciones, según la página web. Con esto se logró comprar la lápida del pequeño KJ, en la que su madre decidió ponerle una frase: "Amado hermano, hijo y amigo".
Pese a esto, Kaleb parece aún no afrontar la situación y ha mantenido en reserva su vida, según su madre en declaraciones a CNN, prefirió no hacer más amigos; pues "no quiere perder a nadie más".
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