El secretario de Estado de EE. UU., Marco Rubio, confirmó que el Pentágono inició el envío de fuerzas aéreas y navales al sur del Caribe, como parte de una nueva política de la Administración del presidente Donald Trump, que en febrero designó a carteles de droga y grupos armados al margen de la ley en México y Venezuela como "organizaciones terroristas".
El Departamento de Defensa de Estados Unidos ordenó el despliegue de fuerzas aéreas y navales en el sur del mar Caribe como parte de una nueva política del Gobierno de Donald Trump que prevé el uso de la fuerza militar contra cárteles del narcotráfico, confirmaron dos fuentes a la agencia Reuters este jueves 14 de agosto. Información posteriormente ratificada por el secretario de Estado, Marco Rubio.
El diario estadounidense 'The New York Times' reveló el pasado 8 de agosto que el líder de la Casa Blanca había firmado en secreto una orden dirigida al Pentágono para que implementara el uso de fuerza militar contra grupos que su Gobierno ha designado como organizaciones terroristas.
"La decisión de implicar al Ejército estadounidense en la lucha es el paso más agresivo dado hasta ahora en la intensificada campaña del Gobierno contra los cárteles (...) La orden proporciona una base oficial para la posibilidad de operaciones militares directas en el mar y en suelo extranjero contra los cárteles", apuntó el diario estadounidense.
Según afirmaron este jueves a la agencia de noticias las dos fuentes del Pentágono, el Gobierno estadounidense ha decidido autorizar el envío de tropas y naves al sur del Caribe, en un esfuerzo por combatir a grupos criminales a los que considera responsables del flujo de estupefacientes, especialmente cocaína y fentanilo, hacia Estados Unidos.
La nueva directriz tendría especial impacto en México y Venezuela, países donde Trump ha designado a cárteles y grupos armandos dentro de sus fronteras como organizaciones criminales.
El presidente Trump ha hecho de la lucha contra los carteles de la droga un objetivo central de su Administración, parte de un esfuerzo más amplio para limitar la migración y asegurar la frontera sur de Estados Unidos.
"Los carteles han emprendido una campaña de violencia y terror en todo el hemisferio occidental que no solo ha desestabilizado países de gran importancia para nuestros intereses nacionales, sino que también ha inundado a Estados Unidos con drogas mortales, criminales violentos y pandillas viciosas", indicaba una orden ejecutiva firmada por Trump a pocas horas de su investidura como presidente.
El pasado febrero, la Administración Trump impuso la calificación como organizaciones terroristas globales al cartel de Sinaloa de México junto a otras bandas de narcotraficantes, así como al grupo criminal venezolano 'Tren de Aragua'.
El Gobierno federal también intensificó el arresto y la deportación de supuestos miembros de estas bandas, muchas veces sin pruebas y sin el debido proceso, según los abogados de los deportados y organizaciones que defienden los derechos civiles.
"Las actividades de los carteles amenazan la seguridad del pueblo estadounidense, la seguridad de EE.UU. y la estabilidad del orden internacional en el hemisferio occidental", se leía en la decisión presidencial, en la que se daba al Departamento de Estado 14 días para emitir una recomencación.
La orden daría al Gobierno estadounidense facultades para ordenar operaciones fuera de su territorio contra estos grupos. "Este despliegue tiene como objetivo abordar las amenazas a la seguridad nacional de Estados Unidos procedentes de organizaciones narcoterroristas especialmente designadas en la región", aseguró una de las fuentes.
Más presión sobre Maduro y Venezuela
El Gobierno de Donald Trump ofreció el pasado jueves 7 de agosto una recompensa de 50 millones de dólares por información que conduzca al arresto de Nicolás Maduro, a quien acusa de ser el líder de una organización criminal, conocida como el cártel de los Soles y de colaborar con otros grupos delictivos como el 'Tren de Aragua' y el cartel de Sinaloa.
Hace dos semanas, el Gobierno estadounidense incluyó al cartel de los Soles en la lista de grupos terroristas globales (conocida como Foreign Terrorist Organizations, o FTO), y afirmó que ese grupo está dirigido por Maduro y otros altos cargos de su Gobierno.
En un video publicado en X, la fiscal general estadounidense, Pam Bondi, describió la recompensa como "histórica" y calificó a Maduro como uno de los mayores narcotraficantes del mundo y una amenaza para la seguridad nacional de Estados Unidos.
"Maduro utiliza organizaciones terroristas extranjeras como Sinaloa y el cartel del Sol para introducir drogas letales y violencia en nuestro país", indicó.
Además, la fiscal estadounidense anunció que hasta la fecha, "la Administración de Control de Drogas (DEA) ha incautado 30 toneladas de cocaína vinculadas con Maduro y sus socios", con casi siete toneladas vinculadas al mandatario venezolano, "lo que representa una fuente principal de ingresos para los carteles con sede en Venezuela y México".
Las declaraciones de la fiscal general de EE. UU. han sido secundadas por el secretario de Estado, Marco Rubio, quien también ha cuestionado la legitimidad de Maduro en el cargo, afirmando que el país está dirigido por un grupo criminal.
"Maduro no es el presidente de Venezuela y su régimen no es el gobierno legítimo. Maduro es el jefe del cartel de Los Soles, una organización narcoterrorista que se ha apoderado de un país. Y está acusado de introducir drogas en Estados Unidos", afirmó Rubio el 27 de julio en un mensaje en la red social X.
El Gobierno de Venezuela ha reaccionado con llamados a la unidad nacional y descartando la legalidad de las acciones estadounidenses. El ministro del Interior y Justicia y secretario general del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), Diosdado Cabello, así como y la vicepresidenta de la Administración de Maduro, Delcy Rodríguez, pidieron unidad después de conocerse las recientes medidas de Estados Unidos contra Maduro.
Durante su programa de televisión 'Con El Mazo Dando', Cabello hizo un llamado a la "lealtad nacional y a la unidad patriótica" y se refirió a las medidas estadounidenses como "arremetidas del imperialismo".
Por su parte, Rodríguez calificó las declaraciones de Trump, sobre la posibilidad de enviar tropas contra carteles de drogas, como "amenazas directas de intervención militar" y acusó a Washington de tener una "obsesión" por mantener el control del hemisferio.