Niels Högel ya confesó 43 asesinatos ante las autoridades de su país y asegura que recuerda del resto de 52 casos por los que se le acusa. Los investigadores no descartan que las víctimas sean en realidad más de 300.
La justicia de Alemania pidió cadena perpetua para el exenfermero Niels Högel (42), acusado de matar a más de un centenar de sus pacientes con inyecciones letales. La fiscalía de Oldenburgo está convencida de que el hombre, ya condenado a cadena perpetua por la muerte de seis pacientes, mató a otras 97 personas con inyecciones entre 2000 y 2005. Por la gravedad de los hechos, pidieron que Högel no pueda ser liberado antes de 15 años.
El acusado confesó 43 asesinatos durante el juicio y asegura que no se acuerda de los otros 52 casos. Durante cinco años, primero en el hospital de Oldenburgo y luego en el del pueblo vecino de Delmenhorst, Högel inyectó, según la acusación de manera intencionada, medicamentos a sus pacientes que provocaban un paro cardíaco. Luego los intentaba reanimar, sin éxito.
“Aburrimiento”
Durante el juicio que empezó en octubre de 2018 Niels Högel explicó que actuaba así por la satisfacción de los "comentarios positivos" que recibía si salvaba una vida. Según la fiscalía, sin embargo, el acusado actuaba por aburrimiento mientras que los expertos en psiquiatría detectaron problemas de narcisismo en el acusado y de pánico a la muerte.
Según sus compañeros de prisión, Niels Högel presumía de ser el mayor criminal alemán desde la Segunda Guerra Mundial. Los investigadores creen incluso que podría haber matado a unas 300 personas pero ha sido imposible comprobarlo porque muchos de esos pacientes fueron incinerados. El veredicto se hará público el 6 de junio.
AFP
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