La reunión ha sido calificada como muy formal en la que tanto Trump como el papa Francisco mostraron siempre un rostro serio, aunque con mucha amabilidad en el trato.
"No olvidaré sus palabras", le dijo un serio Donald Trump al papa Francisco tras la audiencia de casi media hora mantenida en la Biblioteca del palacio pontificio. La reunión entre el Sumo Pontífice y Trump fue muy formal. Ambos mostraron siempre un rostro serio aunque, con mucha amabilidad en el trato.
El papa Francisco no olvidará a una emocionada Melania, que vestía de negro, con el pelo recogido y mantilla corta, que para romper el hielo durante un encuentro con pocas sonrisas le preguntó si le había "dado de comer potizza" señalando a su marido. El papa se refería al tradicional dulce esloveno, país de origen de la Primera Dama.
Diálogo. "Sí, delicioso", dijo una sorprendida Melania, que después pidió al pontífice que bendijese un rosario que tenía entre sus manos. La hija mayor de Trump, Ivanka, que también lució un vestido negro de manga larga y un vaporoso velo del mismo color, hizo algunos comentarios al papa, quien se limitó a responder con una sonrisa.
También formaron parte de la delegación estadounidense, el yerno del presidente, Jared Kushner, además del secretario de Estado, Rex Tillerson; el asesor de seguridad nacional, el teniente general H.R. McMaster, y la portavoz presidencial, Hope Hicks, así como otras ocho personas y una intérprete.
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