Más de 19 millones de ciudadanos están llamados a expresar si están de acuerdo en cambiar la definición constitucional de matrimonio, para especificar que debe ser "entre un hombre y una mujer".
Los rumanos acuden a las urnas este sábado para votar si la Constitución debe prohibir la unión de parejas del mismo sexo, un referéndum apoyado por el Partido Social Demócrata (PSD), que gobierna Rumanía desde hace casi dos años.
Más de 19 millones de ciudadanos están llamados a expresar, tanto hoy como mañana, si están de acuerdo en cambiar la definición constitucional de matrimonio, actualmente "entre dos personas", para especificar que debe ser "entre un hombre y una mujer".
La legislación rumana no reconoce el matrimonio entre personas del mismo sexo, pero el plebiscito pretende bloquear mediante una reforma constitucional la posibilidad de aprobarlo en el futuro.
El referéndum solo será válido si vota al menos un 30% del censo, pero ante el riesgo de una baja participación, el Gobierno mantiene abiertos los colegios electorales durante dos días.
La decisión ha sido duramente criticada por los partidos conservadores, que consideran la consulta una manera de desviar la atención de los ciudadanos de otras decisiones polémicas.
Las urnas abrieron hoy a las 7.00 de la mañana, pero seis horas más tarde, a las 13.00 h, solo un 2,54 % de ciudadanos habían ejercido su derecho a voto, informó la Oficina Electoral Central (BEC), subrayando que no hubo incidentes.
Un sondeo de la empresa demoscópica CURS prevé que la participación total rondará el 34 % y que un 90 % de los participantes votarán a favor de la modificación.
Pese a que la primera ministra, Viorica Dancila, rechazó que su formación se implicara en la campaña, muchos cargos socialdemócratas han mostrado su apoyo.
"Saben qué significa una familia tradicional, un hombre y una mujer que tienen niños", declaró Liviu Dragnea, el presidente del PSD y hombre fuerte del Gobierno, que fue condenado por fraude electoral en 2016.
La oposición conservadora ha pedido a los ciudadanos que boicotearan el referendo, convocado a petición de varios movimientos religiosos, que llegaron a recoger hasta tres millones de firmas a favor del plebiscito.
La organización LGTB Accept, que defiende los derechos de los homosexuales, considera que la consulta incita el odio y la discriminación y denuncia que el acoso a gays se ha incrementado desde que se anunciara el referéndum. (EFE)
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