El caso, que fue denunciado por las supuestas víctimas, ha causado polémica entre quienes creen que la Justicia no debe investigar a la Iglesia.
Una monja acusó a la madre superiora del convento carmelita de Nogoyá (Entre Ríos, Argentina) de torturar físicamente a ella y a una compañera suya. La denuncia ha hecho que un fiscal abra un proceso en contra la religiosa, en medio de polémica y críticas por investigar cuestines vinculadas a prácticas religiosas.
La denuncia. El fiscal le imputa a la superiora, cuyo nombre es Luisa Toledo (63 años), un delito de "privación ilegítima de libertad agravada por los modos de llevarse a cabo" y los cargos se fundamentan "principalmente" en las declaraciones de dos integrantes del convento, que aseguran que no se les permitía salir del recinto y que se imponían castigos físicos.Los medios argentinos dieron a conocer las denuncias de las dos supuestas víctimas y la policía llevó a cabo un allanamiento -donde se incautaron látigos, fustas y cilicios entregados voluntariamente por las monjas- a finales de agosto, lo cual generó un fuerte escándalo en el país.
Imputan a la religiosa. Según confirmó a la agencia Efe el procurador de la causa, Federico Uriburu, la llamada hermana María Isabel fue excusada de declarar este miércoles tras presentar un certificado médico por un cuadro infeccioso que le obliga a tomar antibióticos y produce fiebre alta. Pese a las críticas recibidas por investigar cuestiones relacionadas con prácticas religiosas, Uriburu prevé volver a citar a la religiosa en cuanto "esté recuperada de la dolencia", probablemente a comienzos de la próxima semana.

¿Justicia vs. Iglesia? "Nosotros no estamos persiguiendo la libertad de culto, al contrario, estamos en primer lugar tratando de esclarecer un hecho de suma gravedad, cumpliendo nuestra obligación de fiscales de investigar", manifestó Uriburu, en respuesta a las acusaciones que le han llegado desde algunos sectores de la Iglesia. Además, explicó que independientemente de las prácticas religiosas y de que las supuestas víctimas entrasen "voluntariamente" al convento de clausura, las monjas no dejan de estar en territorio argentino, sujetas a la ley del país, y, por ello, "corresponde" juzgar los hechos mediante "tribunales comunes"
Testimonios de otras monjas. "Elegí estar acá, nadie me obligó", "no estoy obligada a tomar las penitencias que supuestamente dicen y tampoco estamos maltratadas por nuestra madre. Ella siempre actuó como madre, siempre nos cuida", dice la religiosa Ana María en un vídeo publicado en la cuenta de Facebook del convento, creada a raíz de la investigación policial y el interés mediático. "No pretendemos que nos entiendan, solo que nos respeten, que tengan en claro que somos felices. Para nada se nos han avasallado nuestros derechos humanos", agregaba una de sus compañeras en otro vídeo. Consultadas por Efe, las integrantes de la congregación rechazaron hacer declaraciones respecto a la reciente imputación de la superiora.

