La gruta de Kamukuwaká es considerada por los 16 pueblos indígenas del Xingu (Brasil) como "el gran libro del conocimiento", ya que durante siglos utilizaron sus grabados como la base de sus conocimientos ancestrales.
Dos ONG europeas construyeron una réplica en impresión 3D de la antigua gruta de Kamukuwaká, una estructura considerada sagrada por los pueblos indígenas del Xingu de la Amazonía de Brasil.
La cueva de Kamukuwaká es considerada por los 16 pueblos indígenas del Xingu "el gran libro del conocimiento", ya que durante siglos utilizaron sus grabados como la base de sus conocimientos ancestrales.
Sin embargo, hace años que tienen privado el acceso debido a que la estructura quedó fuera del territorio indígena demarcado en 1961 y actualmente se encuentra dentro en una finca privada donde fue vandalizada, a pesar de haber sido catalogada como patrimonio cultural en 2010 por el Instituto del Patrimonio Histórico y Artístico Nacional de Brasil.
Por eso, la ONG británica People’s Palace Projects y la Fundación Factum española trabajaron en colaboración con los líderes indígenas, quienes "siguieron, criticaron y aprobaron el proceso", cuentan ambas organizaciones en su comunicación oficial.
La gruta construida es idéntica a la original, incluso tiene los grabados "en sus ubicaciones precisas" y la topografía exacta para "rescatar la memoria".
La réplica pesa más de una tonelada y respeta el tamaño real de la gruta, con 8 metros de ancho y 4 metros de alto.
"Símbolo de nuestra resistencia"
El proceso constó de varias etapas: primero se digitalizó la cueva en 3D con un escaneado láser y se tomaron fotografías antiguas proporcionadas por antropólogos e historiadores para ver como lucía la estructura original.
Posteriormente se realizó el ensamblado de las imágenes para formar un diseño final con la supervisión de los más ancianos de la comunidad Xingu y finalmente se materializó la impresión 3D, la cual fue cubierta con una mezcla de resina acrílica con polvo de piedra para darle una consistencia y una apariencia similar a la piedra original.
La inauguración trajo alegría a los pueblos del sur de la Amazonía, quienes durante más de 60 años lucharon por anexar este sitio sagrado a su territorio.
"La reconstrucción de la cueva y sus grabados es un símbolo de nuestra resistencia, a pesar de todo lo que hacen para socavarnos", afirmó el jefe de la aldea Tetepeweke, Akari Waura.
Para favorecer a su preservación, por decisión de la Asociación Indígena Ulupuwene, la gruta fue albergada dentro de un Centro de Monitoreo y Cultura, considerado el primer museo indígena del Xingu, ubicado en el corazón de una aldea, construido por las ONG con materiales sustentables y equipamiento para monitorear la cueva.
(Con información de EFE)
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