Los cacerolazos se escucharon en varios puntos de Antofagasta (norte), Valparaíso (centro) y Santiago, donde incluso algunos vecinos salieron a la calle pese las medidas de cuarentena y encendieron algunas hogueras.
El sonido de las cacerolas se escuchó en la noche del martes en algunos puntos de Santiago de Chile y en otras ciudades del país en apoyo al proyecto de reforma constitucional que busca permitir a los ciudadanos retirar de forma anticipada un 10 % de sus fondos de pensiones por la pandemia del nuevo coronavirus.
La convocatoria fue hecha por redes sociales para mostrar la adhesión a esta iniciativa legal, que fue aprobada la semana pasada en su idea general por la Cámara de Diputados y que este miércoles se vota en sus aspectos particulares, antes de pasar al Senado, en caso de prosperar.
Los cacerolazos se escucharon en varios puntos de la capital del país, desde el centro -punto neurálgico de las protestas sociales que estallaron en octubre de 2019- hasta la periferia, donde incluso algunos vecinos salieron a la calle pese las medidas de cuarentena y encendieron algunas hogueras, mientras que algunos medios locales reportaron la existencia de algunas barricadas.
En otras ciudades como Antofagasta (norte) o Valparaíso (centro) también se escucharon los cacerolazos. A través de las redes sociales, algunos vecinos reportaron que no escuchaban un cacerolazo tan intenso desde el estallido social.
"¡No más AFP, no más AFP!", coreaban algunas personas desde sus balcones, en referencia a las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP), empresas privadas encargadas de administrar los fondos de pensiones en el sistema previsional chileno.
El modelo de pensiones de Chile se basa en el ahorro individual obligatorio, mediante el cual cada trabajador aporta un 10 % mensual de su sueldo bruto a un fondo de pensiones personal del que puede disponer cuando se jubila y que es gestionado por las AFP.
Con esta reforma se busca establecer un mecanismo transitorio de retiro parcial anticipado de parte los fondos previsionales, con ocasión de la crisis económica provocada por la pandemia de la COVID-19, de tal manera que por única vez los afiliados al sistema de pensiones que lo deseen puedan retirar hasta el 10 % de sus fondos acumulados en las AFP.
La ciudadanía y la clase política de Chile se encuentran agitadas ante este proyecto, que no cuenta con el respaldo del Ejecutivo, que considera que impide una reforma a largo plazo del sistema de pensiones, que sí tiene el apoyo de al menos 13 parlamentarios oficialistas.
El Gobierno de Chile anunció este martes un nuevo paquete de ayudas que buscan aliviar los apuros económicos que está sufriendo la clase media debido a la pandemia y tratar de convencer con ellos a los legisladores de no apoyar en el Congreso este proyecto de ley.
El modelo previsional chileno fue instaurado en 1980, durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990) y es altamente contestado por parte de la población, con habituales manifestaciones multitudinarias. Además, es uno de los motivos centrales que motivaron el estallido social del pasado octubre.
(EFE)
Comparte esta noticia