Los manifestantes intentaron tomar el Legislativo ecuatoriano, luego de que el Gobierno de Guillermo Lasso iniciara el diálogo con los dirigentes.
Grupos de manifestantes indígenas intentaron ingresar al Congreso de Ecuador la tarde de este jueves, en el undécimo día de protestas contra el gobierno de Guillermo Lasso, pero la policía local los dispersó con bombas de gas lacrimógeno.
Luego de haber celebrado la “recuperación” de la emblemática Casa de la Cultura Ecuatoriana (CCE), que desde el 13 de junio estuvo ocupada por policías, un grupo de manifestantes avanzó hacia la sede de la Asamblea Nacional, ubicada a pocos metros.
Esta movilización estuvo encabezada por mujeres; sin embargo, los uniformados formaron un cordón en las vías de acceso y les impidieron el paso.
Ante la presión, los uniformados reaccionaron con bombas de gas lacrimógeno y granadas aturdidoras, mientras los manifestantes lanzaban piedras. La multitud se replegó hacia un parque vecino a la Casa de la Cultura.
El líder de las manifestaciones, Leonidas Iza, se vio sorprendido mientras daba una entrevista que fue interrumpida por las fuertes detonaciones.
"Eso es una mala señal realmente. Habíamos pedido a nuestras bases que simplemente podamos hacer una marcha pacífica", declaró Iza, presidente de la poderosa Confederación de Nacionalidades Indígenas (Conaie).
Manifestaciones
Unos 14 000 manifestantes se movilizan en varios puntos del país para exigir alivios frente al elevado costo de vida, encarecido por el alza de combustibles. Solo en Quito, unos 10 000 indígenas presionan al presidente Lasso, aislado por la COVID-19.
Estos disturbios en Ecuador se dan luego de que el gobierno de Guillermo Lasso iniciara este jueves la vía al diálogo con los indígenas que están concentrados por miles en la capital para pedir alivios frente al costo de vida.
En una economía dolarizada, donde los combustibles son subsidiados, el incremento de la gasolina y el diésel encareció los fletes. Los indígenas alegan que están cosechando a pérdidas.
El gobierno liberó la Casa de la Cultura como un gesto de buena voluntad para iniciar conversaciones con los líderes de las protestas.
"Es un triunfo de la lucha", había celebrado Iza mientras temprano avanzaba hacia el ágora del centro cultural.
(Con información de AFP)
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