Un estudio advierte que el cambio climático "plantea una amenaza adicional", ya que el aumento del nivel del mar y la mayor frecuencia de eventos climáticos extremos "son potencialmente devastadores para las islas bajas y su flora única".
Las islas representan poco más del 5 por ciento del territorio terrestre emergido pero albergan un tercio de todas las especies de plantas del mundo, es decir, son un tesoro de biodiversidad y riqueza botánica, según un estudio publicado este miércoles en la revista Nature.
La investigación, liderada por la Macquarie University (Sidney, Australia), ha sido realizada por un equipo internacional de científicos de Estados Unidos, Alemania, Grecia y Japón, junto a la Universidad Complutense (Madrid) y a la Universidad de La Laguna (Tenerife), en España.
Para hacer el estudio, el equipo analizó 304 103 plantas vasculares -básicamente todas las especies conocidas por la ciencia- y descubrió que 94 052 especies son nativas de islas, y de ellas, 63 280 son endémicas, es decir, que no se encuentran en ninguna otra parte del mundo, lo que representa el 21 por ciento de la diversidad vegetal global.
Este estudio es la primera evaluación completa de las plantas vasculares nativas y endémicas de islas marinas en todo el mundo.
Sus hallazgos demuestran que muchas plantas han evolucionado en aislamiento y que, aunque han logrado adaptaciones únicas a sus ecosistemas originales, pueden estar mal equipadas para competir con las especies introducidas.
Además, el estudio advierte que el cambio climático plantea una amenaza adicional y que el aumento del nivel del mar y la mayor frecuencia de eventos climáticos extremos son potencialmente devastadores para las islas bajas y su flora única que requieren esfuerzos adicionales de conservación.
Una comprensión global
Las plantas vasculares, que son la mayoría en la Tierra, incluyen árboles, arbustos, hierbas y helechos y poseen un sistema vascular con lignina, frente a las no vasculares (musgos y plantas hepáticas) que carecen de raíces o tejido vascular y absorben agua y nutrientes del aire a través de toda su superficie.
"Esta es la primera vez que tenemos una comprensión tan completa de qué especies están dónde, a nivel global. Ahora podemos explorar el estado de conservación de algunas de nuestras plantas más raras y desarrollar estrategias distintas para conservarlas, como identificar jardines botánicos que podrían albergar poblaciones de rescate", señaló Julian Schrader, investigador de la Macquarie University y autor principal del estudio.
Muchos de los datos del estudio proceden de la ciencia ciudadana y de los repositorios globales, pero estos no cubren el 100 por cien del planeta.
"Curiosamente las zonas más diversas, y probablemente más amenazadas son aún las más desconocidas. Este trabajo demuestra como los trabajos básicos y los esfuerzos colaborativos producen resultados científicos relevantes", destacó Francisco J. Cabezas, investigador de la Universidad Complutense.
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El estudio identificó varios centros de endemismo vegetal, áreas con un alto número de especies que no se encuentran en ningún otro lugar.
En su mayoría se trata de grandes islas tropicales con topografía compleja y una larga historia de aislamiento, como Madagascar, hogar de la asombrosa cantidad de 9318 especies de plantas endémicas, Nueva Guinea (8793 especies endémicas), Borneo (5765), Cuba (2679) y Nueva Caledonia (2493).
"Las grandes distancias geográficas, así como climas y entornos que difieren de otros archipiélagos o regiones continentales, conducen a una alta tasa de evolución de nuevas especies, o ‘especiación’", indicó Schrader.
Tal aislamiento ha dado lugar a algunos ejemplos notables de evolución vegetal: En Hawái, 126 especies de lobelias trazan su linaje hasta un solo evento de colonización, mientras que en Canarias existen grupos como los bejeques (Crassulaceae) en que se han formado una cincuentena de especies a partir de un único ancestro, linaje que posteriormente ha saltado al resto de los archipiélagos macaronésicos, e incluso al continente africano.
El estudio, que documenta la distribución geográfica y filogenética, así como el riesgo de conservación de las plantas de las islas poporciona una base crucial para monitorear los cambios en estas comunidades de plantas y podría ser muy útil para decidir los esfuerzos y las estrategias de protección y conservación.
(Con información de EFE)
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