Estados Unidos advirtió a Israel que una operación militar en la ciudad de Rafah, en el sur de la Franja de Gaza, corre el riesgo de convertirse en un "desastre" para la población civil que la Casa Blanca "no apoyaría".
El portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Kirby, afirmó este jueves que una operación israelí en el enclave palestino de Rafah sería un "desastre" para la población civil que Estados Unidos "no apoyaría".
"Cualquier operación militar de envergadura en Rafah en este momento y bajo estas circunstancias, (...) sería un desastre y no la apoyaríamos", afirmó en una rueda de prensa.
El portavoz recordó que en ese enclave del sur de la Franja de Gaza hay "más de un millón, probablemente más o menos un millón y medio de palestinos que están buscando refugio" porque "ahí es donde les dijeron que fueran".
La misma advertencia de un "desastre" por una operación no planificada en la ciudad de Rafah ya la había lanzado el vocero adjunto del Departamento de Estado, Vedant Patel.
"Aún no hemos visto ninguna prueba de una planificación seria de una operación de ese tipo y realizar una operación de ese tipo ahora sin planificación y sin reflexión en una zona donde se albergan un millón de personas sería un desastre", declaró a la prensa el vocero adjunto del Departamento de Estado, Vedant Patel.
Miedo entre los gazatíes hacinados en Rafah
Entre edificios aglomerados de gente o tiendas repartidas por todas partes, unos 1,3 millones de palestinos hacinados en Rafah ven cada vez con más temor la posibilidad de una ofensiva israelí contra la ciudad, en el extremo sur de Gaza y único lugar de la Franja donde Israel aún no accedió por tierra.
Según fuentes locales, en las últimas 48 horas aumentaron también los bombardeos sobre la urbe, con ataques a unas seis casas y tres selectivos a vehículos. Israel también mató al jefe de la policía gazatí de Rafah -bajo control de Hamás-, y las hostilidades en aumento hacen que muchos lo interpreten como un paso previo al inicio de una ofensiva terrestre en la zona, fronteriza con Egipto.
Rafah, con unos 275 000 habitantes antes de la guerra, quintuplicó su población con masas de desplazados interiores que tuvieron que evacuar el norte de la Franja y la propia ciudad de Gaza. No hay casas, mezquitas o escuelas que no estén abarrotadas de gente, mientras las tiendas con desplazados están por todas partes. Ahora, el miedo de muchos es tener que escapar de nuevo, sin saber adónde.
"Si hay una operación militar en Rafah, la situación empeorará por la densidad de población y de civiles, habrá masacres", alertó a EFE Ahmed Rafiq Shahin, palestino que, por ahora, sigue en la ciudad, pero que intentará ir "a sitios más seguros" en caso de ofensiva israelí.
"La vida es muy difícil y los precios de todos los productos muy caros, si es que están disponibles, y no son accesibles para todo el mundo", agregó, describiendo el incremento exponencial del precio para cualquier suministro básico debido a la escasez, desde el pan hasta la leche para bebés, mientras que la ayuda humanitaria que sigue entrando en la Franja de Gaza no da para cubrir las necesidades de la población.
Te recomendamos
Incertidumbre y presión militar
En medio de la desesperación, muchos en Rafah valoran si evacuar al centro de la Franja de Gaza -donde hay gran cantidad de desplazados y un pasaje aparentemente viable por la vía costera-, ir a Egipto -aunque el paso hacia ahí es a cuentagotas- o quedarse en la ciudad en caso de ofensiva, como dice a EFE uno de sus vecinos, Mohamed Hafza.
"En cuanto a mi familia, no vamos a salir de nuestra casa, vamos a seguir en Rafah", aseguró a EFE, y añadió sentirse impotente por "no saber qué hacer" ante la compleja situación, mientras los robos por la escasez y falta de recursos básicos también se van extendiendo.
Todo ello, mientras el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, descartó ayer un pacto de tregua, tras una propuesta del grupo islamista palestino Hamás para liberar a los rehenes israelíes.
Apeló a seguir "la presión militar" sobre el enclave para "no sucumbir" hasta "la victoria absoluta" contra el grupo islamista, que sigue oponiendo resistencia armada.
Al término de una gira diplomática por Oriente Medio, el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, insistió que aún veía "margen para un acuerdo" e instó a Israel a "proteger" a los civiles.
Tras una primera fase de ofensiva concentrada en el norte de Gaza, las tropas israelíes progresaron hacia el centro y el sur del estrecho territorio, especialmente en la ciudad de Jan Yunis, epicentro de los combates y de los bombardeos en las últimas semanas.
El ejército indicó el jueves que sus operaciones tenían lugar en el norte y el sur de la Franja, y que detuvo a dos "terroristas" que participaron en el ataque del 7 de octubre.
Pero la atención se centra sobre todo en Rafah, donde se hacinan 1,3 millones de palestinos, la mayoría desplazados por los enfrentamientos de los últimos cuatro meses.
La ONU advirtió de que una ofensiva israelí en esta ciudad podría ser "un crimen de guerra" por la gran densidad de civiles que se hacinan en ella. Estados Unidos también pidió a Israel que, si inicia una operación militar ahí, tome medidas para proteger a los civiles, según dijo ayer el secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, que estuvo de nuevo de visita en la región para impulsar un alto el fuego.
Te recomendamos
"Crimen de guerra"
Una nueva ronda de negociaciones debe comenzar el jueves en El Cairo para alcanzar una pausa en el conflicto en Gaza y un canje de prisioneros por rehenes, informó una autoridad egipcia.
Este país urgió "a ambas partes mostrar la flexibilidad necesaria" para alcanzar un acuerdo, agregó la autoridad que pidió mantener el anonimato.
Hamás anunció el jueves que una delegación dirigida por Jalil al Haya, alto responsable de su oficina política, debía llegar por la mañana a El Cairo.
La guerra estalló el 7 de octubre con un ataque de Hamás en el sur de Israel que se saldó con la muerte de más de 1 160 personas, en su mayoría civiles, según un recuento basado en datos oficiales israelíes. Entre los muertos hay más de 300 militares.
Los milicianos islamistas también secuestraron a unas 250 personas, entre ellas militares, y unas 132 siguen en Gaza, incluidas 29 que se cree han fallecido.
En respuesta, Israel lanzó una ofensiva militar que ha matado a 27 840 personas en la Franja de Gaza, en su mayoría mujeres, niños y adolescentes, según Hamás, que gobierna el territorio y está catalogado como grupo terrorista por la Unión Europea y Estados Unidos.
El alto comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Turk, dio parte en un comunicado de informaciones según las cuales el ejército israelí quiere destruir todos los edificios en Gaza situados a un kilómetro de la valla fronteriza.
El objetivo del ejército sería crear una "zona de seguridad", pero dicha acción constituiría "un crimen de guerra", advirtió el jueves. (Con información de EFE y AFP)
Te recomendamos
Comparte esta noticia