La tragedia en Beirut se suma a la difícil situación de Líbano, que atraviesa su peor crisis económica en décadas, marcada por una depreciación monetaria inédita, hiperinflación, despidos masivos y drásticas restricciones bancarias, que alimentan manifestaciones desde hace meses.
Dos enormes explosiones en el puerto de Beirut causaron este martes al menos 73 muertos y 3.700 heridos, sembrando pánico en la capital libanesa en medio de escenas de devastación.
"Era como una bomba atómica. He visto de todo (en mi vida), pero nada semejante", declaró a la AFP Makruhie Yerganian, un profesor jubilado que vive desde hace más de 60 años frente al puerto.
El primer ministro Hasan Diab afirmó que las explosiones fueron causadas por la detonación de 2.750 toneladas de nitrato de amonio en el puerto.
El amonio se utiliza en la composición de ciertos fertilizantes, pero también de explosivos.
El director general de Seguridad General, Abas Ibrahim, dijo antes que las explosiones en un almacén del puerto pueden haber sido causadas por "materiales explosivos confiscados hace años".
"Es inadmisible que un cargamento de nitrato de amonio, estimado en 2.750 toneladas, se halle desde hace seis años en un almacén, sin medidas preventivas. Esto es inaceptable y no podemos permanecer en silencio sobre este tema", declaró el primer ministro en la reunión del Consejo Superior de Defensa, según declaraciones citadas por un portavoz en rueda de prensa.
Diab prometió que los responsables deberán "rendir cuentas" y pidió ayuda a los "países amigos".
HOSPITALES SATURADOS
En torno a las 18H00 locales (15H00 GMT), se escuchó una primera explosión en Beirut, seguida de otra muy potente. Los edificios temblaron y los vidrios de las ventanas se rompieron a varios kilómetros a la redonda. La onda de choque se sintió en la isla de Chipre a unos 200 km de distancia.
Por la noche, el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS) afirmó que sus sensores registraron la explosión como un terremoto de 3,3 en la escala de Richter.
Según el último saldo provisional del ministerio de Salud, 73 personas murieron y 3.700 resultaron heridas. Los hospitales de la capital, confrontados además a la pandemia del nuevo coronavirus, están saturados.
La ONU afirmó que varios cascos azules resultaron gravemente heridos a bordo de un barco dañado por las explosiones. Miembros del personal de la embajada de Alemania también sufrieron heridas, según Berlín.
En las calles de Beirut, soldados evacuaron a habitantes aturdidos, algunos ensangrentados, con camisetas atadas alrededor de la cabeza para vendar las heridas.
En una de las entradas del puerto de Beirut, una veinteañera corre gritando el nombre de su hermano.
Varios coches, con los airbags inflados, y autobuses quedaron abandonados en medio de las carreteras. Hay viviendas cercanas al puerto destruidas o con destrozos cuantiosos.
(AFP)
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