Un presunto ataque ucraniano con drones hizo volar por los aires una infraestructura rusa de almacenamiento de combustible en la ciudad de Sebastopol, en Crimea.
Ucrania prepara el terreno para lanzar una nueva contraofensiva con ambiciosos ataques detrás de las líneas enemigas que tienen como uno de sus principales objetivos llevar la guerra a Crimea, la península ucraniana ocupada desde 2014 por Rusia que Moscú utiliza como lanzadera y nudo logístico en esta invasión.
El más espectacular de estos golpes tuvo lugar sin causar muertos o heridos el pasado sábado en la ciudad de Sebastopol, en Crimea, donde un ataque con drones presumiblemente ucranianos hizo volar por los aires una infraestructura rusa de almacenamiento de combustible.
Según la inteligencia ucraniana, los depósitos destruidos tenían capacidad para 40.000 toneladas de combustible que utilizaba la Flota Rusa del Mar Negro estacionada en Crimea.
“Limitará sus capacidades”
“Como consecuencia de la explosión, los rusos han perdido el volumen de combustible y lubricantes que habían estado transportando a Crimea durante tres meses”, dijo a EFE el analista militar ucraniano Alexander Kovalenko.
El experto agregó que Rusia tardará en poder reponer las reservas perdidas. “Esto provocará que, después de un cierto tiempo, las tropas rusas comenzarán a tener problemas con el combustible”, predijo el analista.
Para Kovalenko, esta escasez no llegará a ser crítica, pero sí “limitará de forma significativa sus capacidades”.
“Si este incidente se repite en uno o dos depósitos más de Crimea podremos decir con seguridad que las fuerzas ocupantes en el sur del país quedarán paralizadas”, remachó el experto.
"Los descarrilamientos de Briansk"
Las pérdidas de suministro rusas no se limitan, sin embargo, a Crimea. Un tren que transportaba combustible descarriló este lunes a causa de una explosión en la vía en la provincia rusa de Briansk, fronteriza con Ucrania. El martes se conoció un incidente idéntico en la misma provincia con otro tren de mercancías.
En las primeras horas del miércoles el gobernador de la región rusa de Krasnodar, Veniamín Kondratiev, informó en su canal de Telegram de un incendio de la “máxima” gravedad en un depósito de productos petrolíferos en la localidad de Volna, situada en la Federación Rusa muy cerca del puente de Kerch que conecta a ésta con Crimea.
"Respuesta rusa"
Aunque con efectos menos evidentes que no han sido confirmados por la parte ucraniana. Moscú también está apostando por golpear detrás de las líneas del frente.
El ejército ruso asegura haber alcanzado puntos de despliegue provisional de unidades de reservistas ucranianas en la ciudad de Umán, en el centro de Ucrania, donde los misiles rusos destruyeron decenas de viviendas y mataron a 25 personas, entre ellas cuatro niños, el pasado viernes.
Desde entonces Rusia también ha bombardeado infraestructura ferroviaria y depósitos de munición y combustible en la localidad ucraniana de Pavlograd, que está situada en la provincia de Dnipropetrovsk, un punto importante para las comunicaciones ucranianas en la retaguardia cercana al frente.
Fuentes ucranianas sí han admitido en este caso que el ataque tuvo efectos.
Rusia también ha atacado este miércoles con drones kamikaze iraníes un centro de almacenamiento de combustible en Kirovograd, en el centro de Ucrania, según han informado las autoridades militares de la zona.
Una postal de Crimea
Además de cuantiosos daños materiales, el ataque contra la infraestructura de almacenaje de Crimea dejó una icónica fotografía en la que se ve una espiral de humo elevándose hasta el cielo de Sebastopol cubierto por una tupida boina negra.
Como ya ocurrió con las fotos de la destrucción el pasado octubre del emblemático puente de Kerch, que conecta Crimea con Rusia, los ucranianos han empezado a estampar esta imagen en camisetas, tazas y otros productos que celebran la audacia militar del ejército de Ucrania en esta guerra.
Además de una gran base militar desde la que alimentar al ejército, Crimea es para Rusia un lugar de gran valor simbólico e histórico, cuya vulnerabilidad a los ataques ucranianos es en sí misma una derrota que Kiev quiere aprovechar para demostrar al mundo que va en serio cuando insiste en recuperar por lo militar la península.
Con información de EFE
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